El Gobierno de Cuba admitió en diciembre pasado que el suministro de medicamentos atravesaba sus horas más bajas en todas las farmacias de la Isla desde el año 2016. El balance de este verano demuestra que la situación sigue sin estabilizarse. Pese al discurso triunfalista del diario Granma, la Isla cerró el mes de junio con 48 fármacos en la lista de faltantes.
Se trata, según admite la directora de Operaciones y Tecnología del Grupo de las Industrias Biotecnológica y Farmacéutica (BioCubaFarma), Rita María García Almaguer, de medicinas consideradas de prioridad uno. O sea, son las más demandadas y no tienen sustituto, lo que causa un mayor malestar en la población. Entre ellas, las tiras reactivas para medir la glucosa en sangre o las cremas y ungüentos.
Aunque no están perdidos sí están considerados de baja cobertura medicamentos como los antibióticos. Y entre los fármacos de primera necesidad que sí se han garantizado está la dipirona. Sin embargo no hay aspirina importada de 125mg y seguirá faltando porque no encuentra proveedor. La solución que han encontrado es comprar aspirina de 81mg y de 500.
A esto se debe, insiste García Almaguer, el hecho de que los ciudadanos no perciban que en los primeros seis meses del año la Isla pasó de tener unos 100 productos en falta a "sólo" 48, de los cuales 18 no están disponibles en ninguna farmacia ni laboratorio de la Isla.
BioCubaFarma produce el 82% de los medicamentos que se consumen en Cuba. Apenas un 18% son importados. La inestabilidad de la venta de medicinas en el país es achacable, según el rotativo oficialista, en primer lugar a la ineficiencia de la producción estatal y a la falta de financiación para comprar materias primas a proveedores. Muchos de ellos, sobre todo, en China e India, han cerrado sus fábricas, lo que obliga a las autoridades cubanas a buscar otros suministradores y esto lleva un proceso mínimo de tres meses ya que hasta ahora no han tenido la previsión de tener más de un proveedor por producto.
También culpan al embargo de Estados Unidos que obliga a la Isla a no utilizar el dólar en sus transacciones y a comprar materias primas en el otro lado del mundo.
Según la responsable de BioCubaFarma, están produciendo medicamentos en cantidades superiores a otros años, pero no pueden hacer nada por los que faltan.
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