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Los opositores anticastristas Antonio Rodiles y su mujer, Ailer González, yerran burlándose de un paisano negro y pobre, con el que coincidieron comprando unos tamales en una calle habanera.
Bromear es habitual entre cubanos, incluso aunque no se conozcan, pero toda persona merece respeto y nadie tiene derecho a pretender humillar a otro porque sea pobre.
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Si la broma hubiera quedado en el sitio, tampoco tendría mayor trascendencia, sería un pequeño conflicto entre privados, pero Rodiles y Ailer filmaron la burla y la han mostrado en las redes sociales, como si estuvieran orgullosos de humillar a un ser humano, que equivocado ideológicamente o no, es otro cubano víctima del castrismo.
La pareja opositora hace chanzas con las medallas que habría recibido el señor negro burlado a lo largo de su vida, a partir del precio de los tamales y de la cantidad que podría comprar con sus condecoraciones.
Quizá estemos ante una muestra de inmadurez de la pareja anticastrista, pero ese exhibicionismo de la humillación infligida a un paisano, revela un mal común en muchos cubanos que piensan que han triunfado y discriminan al resto de sus hermanos por pobres, sucios, negros, homosexuales o menos instruidos.
Quizá estemos ante una muestra de inmadurez de la pareja anticastrista, pero ese exhibicionismo de la humillación infligida a un paisano, revela un mal común en muchos cubanos que piensan que han triunfado y discriminan al resto de sus hermanos por pobres, sucios, negros, homosexuales o menos instruidos
Flaco favor se hace la pareja y hace a su causa Estado de Sats con desdenes como el que acaban de protagonizar en La Habana, a expensas de alguien en desventaja; pues suponemos que un opositor al castrismo se adscriba a una corriente ideológica u otra, pero nunca que margine a los pobres porque con ellos, que son mayoría, hay que contar en la Cuba de pasado mañana.
Sería saludable que Rodiles y Ailer busquen al señor burlado y se disculpen, sin necesidad de filmar la escena ni de mostrarla en las redes sociales, basta con que lo hagan en señal de respeto a un hombre pobre que sabrá Dios las vidas y desventuras que haya tenido por causas ajenas a su voluntad.
Reemplazar al castrismo exige una actitud ética que combine el desenfado cubano con el escrupuloso respeto a los ciudadanos y los principios de convivencia que rigen una sociedad democrática; y el traspiés de la pareja opositora va en camino contrario a una idea de Cuba inclusiva.
Reemplazar al castrismo exige una actitud ética que combine el desenfado cubano con el escrupuloso respeto a los ciudadanos y los principios de convivencia que rigen una sociedad democrática; y el traspiés de la pareja opositora va en camino contrario a una idea de Cuba inclusiva
Si Rodiles, Ailer o cualquier otro cubano, al margen de su filias ideológicas, tuvieran la tentación de sentirse por encima de sus paisanos, lo tienen fácil. Basta bajar un peldaño, ponerse a la altura de su interlocutor y escucharlo con respeto y educación, que son los mejores antídotos frente al totalitarismo.
Ojalá el error de Rodiles y Ailer sirva de experiencia a ellos y al resto de cubanos para evitar poses discriminatorias de mal gusto, que los alejan de la mayoría de los cubanos, que son pobres como el negro objeto de burlas, y albergan la esperanza de que los posibles reemplazos del tardocastrismo no tengas los vicios totalitarios que tanto hacen padecer a Cuba.
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