El movimiento opositor Estado de Sats ―fundado en La Habana por el opositor Antonio Rodiles― ha emitido la primera entrega de Equis Equis (XX), un espacio audiovisual que estará dedicado a entrevistar a mujeres que discrepen del Gobierno cubano.
El programa, cuyo lema es “mujer independiente en Cuba”, se emite en el canal de YouTube de Estado de Sats, y pretende ser una iniciativa que, fundada en la libertad de expresión y de pensamiento, quiere cambiar la realidad de la Isla y enfatizar el papel de las mujeres cubanas en ese proceso.
Conducido por Ailer González, el programa desea “mostrar cómo viven las mujeres”, sobre todo aquellas que se enfrentan o se mantienen al margen del sistema; cuáles son sus esperanzas, sueños y lo que están haciendo.
Las entrevistadas en esta primera entrega fueron la actriz y teatróloga, Iris Ruiz, y la curadora e historiadora del arte, Yanelis Núñez.
Madre de seis niños, Iris Ruiz ha comentado “lo difícil que es para la familia vivir al margen del sistema, la sostenibilidad de esa familia, y las luchas que también hay que enfrentar a diario”.
La actriz y teatróloga ha sido acosada por las autoridades cubanas debido a proyectos artísticos contestatarios que ha promovido en Alamar, en el municipio Habana del Este (La Habana).
Pese a estar amenazada y hostigada por su activismo, Ruiz destacó que “uno tiene que estar muy claro, muy seguro de cuál es la propuesta, cuál es el camino que uno tiene, sobre todo para mostrarle a los hijos. Porque lo primero que a uno le pasa por la cabeza es qué país le voy a dejar, cuáles van a ser sus preguntas. Me van a decir, ven acá, ha estado pasando todo esto y yo me tengo que ir del país".
Recordó que los jóvenes son los que más se van de Cuba "porque no encuentran oportunidades, porque no encuentran cómo hacerse de una vida digna, normal, a la altura de lo que merece un ser humano en estos tiempos del siglo XXI”. Se refirió, igualmente, al “adoctrinamiento" que padecen los niños en la educación en Cuba.
Sobre las amenazas que recibe acerca de perder la custodia de sus hijos por sus actividades políticas, ha señalado “yo no tengo culpa ninguna. Yo estoy haciendo lo mejor que quedó por mis hijos. Y lo que puedo hacer por mis hijos se dejarle un país mucho mejor”.
Yanelis Núñez, por su parte, relató cómo fue en sus caso el tránsito de convertirse en una empleada estatal (de la revista Revolución y Cultura, donde era especialista de la galería de arte y promotora cultural) a una activista independiente.
Desde el año 2014 comenzó a trabajar con el artista Luis Manuel Otero Alcántara, y en 2016 participó en el proyecto Museo de la Disidencia en Cuba, del cual es coautora.
En esa época, tras haber dado una entrevista a Cubanet, la llamó el subdirector y le explicó que debía pedir la baja porque si no le iban a aplicar un “resolución de no confiabilidad”.
Núñez se negó a pedir la baja, así que vino un largo proceso de reclamaciones, en el que al final, por supuesto, acabó perdiendo.
Reconoce que entonces empezó a “aprender cómo vivir desde lo independiente”, un paso que, en su opinión, es sólo posible si se le va de frente a los miedos.
Y precisa: “La institución te pone unos límites, que tú vas reconociendo porque vas participando de ellos. Y cuando pasas a lo independiente, primero tienes que ir borrando esos límites que te había marcado la institución, y luego los límites que también te va imponiendo la parte independiente. Es un proceso de aprendizaje, de colaboración, de encuentros con amigos, con los cuales tienes afinidad, empatía para desarrollar proyectos”.
Reconoce que el impulso de libertad e independencia es “un proceso lento”, porque “vivimos desde pequeños creciendo desde el miedo. Todo el tiempo estamos respirando miedo. Y en ese proceso de desintoxicación, es que llega la libertad y los límites se te van borrando”.
Y destaca: “Si hay algo que me aportado trabajar desde lo independiente, ha sido eso, que me he convertido en una persona más libre y con menos miedo. Eso ha sido super importante para mí”.
Yanelis Núñez fue noticia recientemente por una performance en la que se cubrió el cuerpo con excrementos humanos, en protesta por el Decreto 349, que recortará, todavía más, la libertad de los artistas en la Isla.
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