En un reportaje sobre el recién inaugurado carnaval de La Habana, que muestra a las claras la voluntad institucional por reactivas los célebres festejos capitalinos, se deslizó el comentario sobre el reclamo popular de restablecer la elección de la estrella y los luceros del carnaval.
En fecha reciente, los carnavales de La Habana han ido perdiendo brillo, alcance y popularidad por una serie de razones complejas, y este año se evidencia la voluntad de rescatar el esplendor, tal vez por ello es que la periodista se arriesgó a tocar un punto complicado: el regreso de los tradiciones concursos de belleza asociados, en Cuba, al carnaval, desde una fecha tan lejana como 1909 hasta principios de los años setenta.
De modo que en Cuba se celebraron concursos de belleza, para elegir la reina del carnaval y sus damas, luego denominadas la estrella y sus luceros, mucho antes que en Estados Unidos se instaurara la práctica de los famosos concurso Miss Universo, cuya primera edición ocurrió en 1952, en Long Beach.
Durante los años cincuenta, varias cubanas participaron en el concurso de belleza Miss Universo. En 1960, Cuba tuvo su última representante con Flora Lauten, que luego se convirtió en extraordinaria actriz y directora del grupo de Teatro Buen Día.
Aunque con el triunfo de la Revolución desaparecieron los concursos Miss Cuba, todavía se elegía la Estrella del Carnaval y sus Luceros, que presidían los festejos luego de un espectáculo televisado en vivo para todo el país para el cual se movilizaba la FMC, los CDR, las organizaciones estudiantiles y los Sindicatos.
Entre los jurados del concurso figuraron Rene Portocarrero, Rita Longa, Juan Marinello, Alberto Díaz (Korda), Enrique Núñez Rodríguez y muchos otros. Como animadores, conducían el espectáculo, mayormente, Germán Pinelli y Consuelo Vidal, quienes fueron cruelmente abucheados en uno de los últimos espectáculos de elección de la estrella.
El ciclo de las estrellas del carnaval en Cuba lo cerraron Mayda Tirado García, de la FEEM, elegida estrella en 1973, y en el 1974 ganó María Félix Castillo Lemus por el Sindicato de la Aviación Civil. Ese año hubo una protesta multitudinaria del público, que favorecía a una hermosa muchacha, que desfiló con el número 14, y que fue eliminada en la primera vuelta, y el público intentó incluso interrumpir el espectáculo, insultando a Pinelli y Consuelo que lo conducían.
La protesta del público fue el pretexto de los enemigos de este tipo de concursos y nunca más se eligieron las reinas del carnaval en Cuba puesto que triunfó el criterio que ve los concursos de belleza como un artificio retrógrado que ofende la dignidad de la mujer.
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