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Una madre cubana está desesperada porque su hijo, de 34 años, no tiene los medicamentos que necesita para su enfermedad.
Humberto Pérez Rodríguez padece de Hepatitis C desde los 17 años y hace tres años le realizaron un segundo trasplante de riñón. Desde entonces requiere dos medicamentos que las autoridades de salud pública de la Isla no terminan de comprar.
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En un texto publicado en la sección Acuse de Recibo del periódico Juventud Rebelde, comentaron su caso bajo el título "El ruego de una madre".
La especialista que atiende a Pérez, de 34 años, en el Instituto de Gastroenterología de La Habana recomendó dos medicinas que pueden ayudarlo: Zepahcer y Harvoni.
Hay cuatro casos en la Isla que necesitan estos medicamentos y las autoridades del Ministerio de Salud Pública no lo han comprado. Cuestan miles de dólares, explica el reporte, y según le dijeron a la madre del muchacho este año, cuando aprueben el presupuesto de 2019, intentarán obtenerlo.
“Veo a mi hijo cada vez más estresado, pues en el último ultrasonido de fines de 2017 se le detectó cirrosis hepática, a causa del virus en sangre; y con ello, el peligro de que se afecte el injerto de riñón, que hasta ahora va muy bien y le ha permitido una vida con calidad”, explica Mercedes Rodríguez Palomino.
El joven contrajo la Hepatitis C por una insuficiencia renal de grado IV, cuando estuvo sometido durante 12 meses a un tratamiento de hemodiálisis. En ese entonces tenía 17 años.
Mercedes le donó el riñón para salvarle la vida pero en ese momento Cuba no tenía el medicamento compatible con el trasplante.
Nueve años después de la cirugía, el joven sufrió una pancreatitis necrosante y estuvo cinco meses grave, hospitalizado en cuidados intensivos. Esto le provocó proteinuria y el riñón dejó de funcionarle.
“Luego de que iniciaran nuevamente el tratamiento de hemodiálisis fueron al Instituto de Gastroenterología para que le administraran el tratamiento contra la Hepatitis C existente en el país en ese entonces. Pero el consumo de las medicinas antirrechazo cuando estaba trasplantado habían agravado bastante el virus en sangre, lo que unido al deterioro por las hemodiálisis, causaron niveles desmedidos de la fosfatasa alcalina”, explican.
Después de esperar seis años, le hicieron un segundo trasplante de riñón. “Recuperó los niveles adecuados de fosfatasa alcalina, dejó de caminar con andador y después con bastón”.
El medicamento que le sugirieron luego de esta segunda cirugía podría negativizar el virus por lo que la doctora que lo atiende solicitó al Minsap la aprobación para la compra. El expediente del caso se abrió durante el primer trimestre de 2018 pero no han tenido respuesta.
Mercedes se comunicó entonces con el Departamento de Medicamentos del Minsap y allí le dijeron que Medicuba estaba evaluando los países que dieran mejores precios. La pasada semana le explicaron que hasta que no se apruebe el presupuesto de 2019, no podrían comprar las dosis para los cuatro pacientes.
La mujer agradeció a las autoridades se salud en Cuba por salvar la vida de su hijo y en especial a los médicos de Nefrología que lo han atendido. No obstante, se siente desesperada.
“Soy una madre cubana que lucha por la salud de su hijo, padre de dos niños pequeños de seis y diez años, que han sido su mayor acicate para seguir viviendo”, concluyó.
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