Trabajador cubano sobre el matrimonio igualitario: Cuba tiene una población envejecida “y de esta manera no se ayuda”

La pertinencia de autorizar el matrimonio igualitario en Cuba es probablemente el tema más álgido en el proceso de debate de la reforma de la Constitución cubana.

El proyecto de modificación de la Carta Magna que hoy se analiza en todo el país, define el matrimonio como la “unión voluntariamente concertada entre dos personas con aptitud legal para ello”, lo cual abre las puertas al matrimonio homosexual.

Ello está plasmado en el artículo 68 del texto, y ha generado tanto aplausos como preocupaciones.

Así sucedió en la reunión donde oficiales del Órgano de Inmigración y Extranjería que laboran en el Aeropuerto Internacional Antonio Maceo y en el Puerto Guillermo Moncada, en Santiago de Cuba, hicieron sus propuestas.

Uno de ellos fue Marciano Galindo, quien mostró su inconformidad y alegó que al decir “entre dos personas” queda una laguna en el texto.

“Pienso que si se aprueba el matrimonio entre dos personas de igual sexo, no prolifera la familia en un país de un alto por ciento de población envejecida y de esta manera no se ayuda, además de que no existe la posibilidad biológica de que formen una familia que brinde individuos nuevos a la sociedad. Por lo tanto, mi propuesta es que se mantenga lo que establece la Constitución actual al respecto: ‘el matrimonio entre un hombre y una mujer’”, dijo.

Coincidió con él Daniel Marañón, quien aseguró que existe una contradicción entre los Artículos 67 y 68, en el párrafo 192.

En su opinión, si el primero de ellos establece la protección del Estado a las familias, a la maternidad, a la paternidad y al matrimonio, el siguiente no debe autorizarse.

“… si aprobamos el Artículo 68 estamos contradiciendo al anterior, porque no existe la posibilidad biológica para la maternidad y la paternidad entre personas del mismo sexo, ¿cómo van a formar familias esos matrimonios?”, añadió.

Hasta el 15 de noviembre deben celebrarse unas 135.000 asambleas en las que los cubanos con capacidad legal pueden opinar y sugerir modificaciones en el articulado de la próxima Carta Magna, aprobado ya por la Asamblea Nacional en el mes de julio.