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Manzaneros de La Puntilla desnudan a Cuba

¿Qué importancia tiene que los compradores o sus representantes sean “forzudos” y que se vistan con símbolos norteamericanos? Salvo que el chivato les pague el gimnasio, su alimentación y les compre la ropa. Que no creo sea el caso.

Caso compra 15 manzanas en La Puntilla © Collage CiberCuba
Caso compra 15 manzanas en La Puntilla Foto © Collage CiberCuba

Este artículo es de hace 5 años

La Corporación Contrainteligencia del Mercado Exterior (CIMEX), una de las empresas absorbidas por el ejército cubano en su camino al capitalismo de Estado, ha sancionado a jefes y empleados por la venta de 150 cajas de manzanas en su tienda La Puntilla, a un solo cliente.

Más allá del ridículo mundial y de la maldad del chivato, que reseñó un brigada de compradores forzudos, ataviados con símbolos norteamericanos, impartiendo órdenes y usando recursos estatales; la anécdota confirma la crisis económica estructural que padece la isla y la perversión de tener a militares y civiles pagados por un ejército haciendo negocios.

El problema no radica en que un solo cliente compre 150 cajas de manzanas, sino que el socialismo cubano es incapaz de abastecer con solvencia y normalidad a los compradores, ya sea de mangos, jabas de plástico o manzanas. El uso de transporte de las propias tiendas para servir a sus clientes es algo tan normal en el mundo actual, como nacer o morir.

Granma y el chivato ocultan, deliberadamente, al alto precio de las manzanas en Cuba, inalcanzable para la mayoría de la población con sus magros sueldos, como también ocultan que las manzanas importadas son vendidas exclusivamente en establecimientos estatales con sus desleales precios; que es una fórmula para intentar enjugar la escasez crónica que aflige al mercado isleño. Ya sabemos que le Educación y la Salud son ¿gratis?, pero con lo bien que sienta una manzana para dormir, debían regalarlas por los CDR, avisando que las manzanas son solo para los revolucionarios.

¿Qué importancia tiene que los compradores o sus representantes sean “forzudos” y que se vistan con símbolos norteamericanos? Salvo que el chivato les pague el gimnasio, su alimentación y les compre la ropa. Que no creo sea el caso.

Si el gobierno cubano asegura que opta por un socialismo próspero y sostenible, acciones represivas como las emprendidas contra trabajadores, funcionarios y jefes de La Puntilla y de CIMEX en el oeste habanero son el camino contrario a cualquier idea de riqueza y sostenibilidad.

Que en La Puntilla y en CIMEX haya otras irregularidades, que cuenta un portavoz de la corporación y publica Granma, deben ser ventiladas en otros foros con las medidas disciplinarias o judiciales que establezcan los reglamentos y leyes, pero no como reacción a una venta normal en cualquier latitud, excepto en la pobre Cuba.

Una política de aldabonazos solo sirve como escarmiento parcial y temporal, provoca desmotivación, deserción laboral y emigración, males crónicos del socialismo cubano, por mucho que se empeñe el régimen y sus voceros en negar la evidencia.

De hecho, el desembarco hostil de Gaviota en Habaguanex provocó una baja en la calidad de los servicios en los hoteles boutiques concebidos y puestos en marcha por Eusebio Leal y la emigración de buenos trabajadores que no deseaban ser “civiles de las FAR”.

Cuba sufrió un desprestigio notable con las Causas 1 y 2 (1989), aparte de los daños humanos y morales que causó a sus víctimas, familiares, amigos e instituciones, pero parece que el tardocastrismo no ha aprendido la lección pues sigue usando el erróneo método de convertir a militares en comerciantes.

Cuando uno convierte, amparado en pretextos vanos, a policías en potenciales ladrones, degrada moralmente a las personas y a la nación y la revolución invirtió una notable cantidad de recursos en la formación de capital humano en todas las especialidades y los empresarios cubanos son capaces de generar riqueza y prosperidad, siempre que el marco político sea aliado y no inconveniente.

Raúl Castro no tenía necesidad alguna de copar todas las áreas de poder y de la estructura económica para demostrar que ahora quien manda es él, pues los sistemas verticales garantizan la obediencia debida, sobre todo, en totalitarismos empobrecedores que premian a sus servidores con migajas que harían sonrojar a un taxista madrileño.

La sufrida masa cubana contemplará el golpe contra los manzaneros de La Puntilla con una minoría jubilosa porque recordará aquellos tiempos de “¡Fidel, sacude la mata!, pero la mayoría sabe que está ante el enésimo acto de fingimiento oficial porque ya no queda mata para sacudir, salvo en los noticieros de la televisión.

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Artículo de opinión: Las declaraciones y opiniones expresadas en este artículo son de exclusiva responsabilidad de su autor y no representan necesariamente el punto de vista de CiberCuba.

Carlos Cabrera Pérez

Periodista de CiberCuba. Ha trabajado en Granma Internacional, Prensa Latina, Corresponsalías agencias IPS y EFE en La Habana. Director Tierras del Duero y Sierra Madrileña en España.


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