Aunque desde que se aprobó en 2011 la compraventa de viviendas en la Isla cada año se hacen unas 50.000 transacciones inmobiliarias, la mayoría de los cubanos no puede, cobrando menos de 30 CUC mensuales, comprarse una casa.
Cada día son más los nacionales que alquilan un cuarto o una vivienda, ya sea porque quieren acercarse al centro de la capital o porque quieren tener "su espacio" o esperan a que les "llegue" la salida del país.
"Llevo dos años viviendo alquilada con mis dos hijos en un apartamentico de Habana del Este, que me cuesta 30 CUC al mes. Vendimos la casa porque estamos esperando a que nos llegue la reclamación que nos puso mi esposo desde Miami hace como 15 meses", explica Maritza, de 38 años.
Asimismo, agrega que allí los arrendatarios son muy amables. "Como viven en una casa a escasos metros del apartamento hemos llegado a ser como familia. Los extrañaremos cuando nos vayamos".
Ahora, el alquiler por temporada puede ir desde 10 CUC por habitación hasta 250 CUC por una casa. Ese precio, claro está, atiende a la ubicación y el confort del lugar. Dicho eso, la mayoría de los cubanos no puede tampoco rentar un cuarto o una casa.
Por ejemplo, la renta de un apartamento cerca del hotel Presidente en el Vedado cuesta 250 CUC al mes y cuenta con terraza, recibidor, salón, comedor, cocina, cuatro habitaciones y tres baños; mientras uno de ocho metros cuadrados puede costar 12 CUC en Alamar o el Cerro.
Según los datos oficiales más actualizados, en 2016 existía un déficit de unas 800.000 viviendas en el país.
Si bien al cierre del primer semestre del año el Consejo de Ministros afirmó que había "moderados incrementos" en el sector de la construcción, cifras de la Oficina Nacional de Estadísticas e Información revelan que la construcción de viviendas ha ido decreciendo en los últimos años. De unas 35.000 casas terminadas en 2009, se disminuyó a poco más de 32.000 en 2012.
Por otro lado, entre 2009 y 2016 las construcciones tuvieron apenas una variación de 2,4 %.
Los expertos amplían que en el sector de la vivienda, uno de los más deprimidos del país, se concentra la insatisfacción de la población no solo por el déficit habitacional existente, sino por su alto deterioro y por estar ubicada Cuba en una zona vulnerable a desastres naturales.
Igualmente reconocen que, aunque ha sido favorecido por el turismo internacional, el mercado cubano está estancado y solo podría renovarse incrementando el fondo habitacional para acabar con la especulación y las irregularidades que priman en los negocios inmobiliarios de la Isla.
Visto que la apertura del cuentapropismo y la posibilidad de comprar y vender casas y de viajar al exterior vinieron de la mano, las nuevas reformas que regirán el trabajo privado a partir de diciembre, que limitan el tiempo que los cuentapropistas pueden salir del país y prohíben la existencia de oficinas inmobiliarias, se piensa que la venta y alquiler de viviendas en Cuba podría restringirse en un futuro cercano.
Una posibilidad que, de acuerdo con los especialistas, estaría alimentada por las tensas relaciones que existen con Estados Unidos desde que Barack Obama dejó la Casa Blanca.
Amén de que el mercado de bienes raíces de la Isla mantiene hasta hoy al menos 8.000 propiedades en venta (cuatro de cada cinco de ellas en la capital), tuvo una dinámica creciente hasta 2017, cuando las transacciones se redujeron la mitad.
"Ya que los cubanos no podemos acceder a instrumentos financieros como préstamos bancarios o hipotecas, y muy pocos tenemos dinero suficiente o algo que dar a cambio de una casa, hemos tenido que recurrir al alquiler. No es lo más cómodo y es cara la renta -la mía es de 60 CUC mensuales-, pero es la única opción que tenemos.
"Yo estoy alquilada a una cuadra de donde vive mi mamá desde hace tres años porque necesito independencia. Aquí vivo con mi esposo y mi hijo hasta que pueda vender la casa que me dejó mi padre al morir", indica la joven de 26 años.
Al respecto, el forista Irisines preguntó recientemente en una entrevista online en Granma a directivos del Ministerio de la Construcción (Micons): "¿Por qué no valoran la posibilidad de arrendar o alquilar viviendas a trabajadores que las necesitan, en especial a los trabajadores de Salud y Educación?"
A eso respondió Santiago Herrera, director de Asuntos Legales de la Vivienda del Micons, que "lo primero para la decisión de arrendar viviendas a personas con necesidades e ingresos suficientes para asumir el arrendamiento sería disponer de ellas. Las prioridades de hoy no permiten asumir esa posibilidad".
En palabras del abogado Enrique, "debe crearse un Ministerio de la Vivienda que trace todas las estrategias que tienen que ver con el problema número uno del país y que haga las cosas de forma civilizada e inteligente".
"Ese organismo podría tener ingresos como son los impuestos de los que rentan tanto en divisa como en moneda nacional, el pago de la vivienda que realizan los usufructuarios, los impuestos que se ponen por la compraventa de viviendas, etc".
"El problema de la vivienda sí tiene solución, pero hay que darle prioridad desde el nivel más alto. Es un problema profundo, difícil y complejo, por lo que necesita el máximo de esfuerzo y no dejar las cosas para que se resuelvan por espontaneidad", afirma el habanero de 39 años.
Inmerso en un proceso de reordenamiento económico y mientras existe en Cuba un 84 % de propietarios de viviendas, uno de los más altos índices del mundo, el gobierno aún no ha dispuesto una ley general de suelo ni una inmobiliaria.
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