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¿Quiénes son los recalcitrantes?

La fiscal de Holguín pide sanciones contra quienes no tapan los tanques de agua como les aconsejan los fumigadores contra el Aedes Aegypti. El castigo no puede ser la solución. Lo que hacen falta son inversiones.

Fumigación contra el Aedes Aegypti en La Habana. © CiberCuba
Fumigación contra el Aedes Aegypti en La Habana. Foto © CiberCuba

Este artículo es de hace 5 años

Hace una semana la titular de la Fiscalía provincial de Holguín, Elda Barreiro, pedía mano dura con "los recalcitrantes" que no cumplen con las recomendaciones de Salud Pública para prevenir la proliferación de focos de mosquitos Aedes Aegypti, transmisores del dengue, el zika y el chikungunya en la Isla.

Holguín, uno de los polos turísticos más importantes de Cuba, atraviesa, según la prensa local, una "situación epidemiológica tensa" y en ese contexto, la fiscal se vino arriba y reclamó una lluvia de sanciones, por ejemplo, para los vecinos que mantienen los tanques de agua sin tapar en los patios de sus casas pese a que los fumigadores, semana tras semana, les advierten del peligro de tener un criadero de mosquitos a domicilio.

Si después de 60 años de Gobierno socialista en Cuba la solución para contener el avance del Aedes Aegypti pasa por multar a quienes no tienen servicio de agua corriente en sus casas, entonces apaga y vámonos.

Agua para el pueblo. Foto: CiberCuba

Desde que tengo uso de razón, en la Isla ha habido problemas con el suministro de agua potable. No me explico por qué en 60 años, garantizar el servicio público de algo tan imprescindible como el agua no ha sido una prioridad en el país. ¿La culpa es del embargo? ¿En serio?

Alguna responsabilidad tendrá el Gobierno que nunca se ha planteado la urgencia de destinar recursos para solucionar (no para parchear) la indigencia hídrica del país.

Pipa para el reparto de agua en La Habana. Foto: CiberCuba

Entre el agua que no llega, los mosquitos que no se van y la basura que no se recoge, Cuba está haciendo frente a una situación epidemiológica preocupante, sólo teniendo en cuenta la información que facilita la prensa oficialista. ¿Y qué pasa en las provincias donde los periódicos locales no publican nada sobre el tema? ¿Están limpias de polvo y paja?

La presencia del serotipo de Aedes Aegypti transmisor del dengue hemorrágico en la Isla no es la mejor publicidad para un país que aspira a atraer 5,1 millones de turistas en 2019.

Puede que desde fuera se magnifique la tragedia, pero ver las esquinas de La Habana llenas de vertederos incontrolados de basura que no se recoge porque no hay con qué recogerla hace pensar que el problema, lejos de atajarse, puede ir a más.

Vertedero incontrolado, en una calle de La Habana. Foto: CiberCuba.

Los que estamos fuera y no nos va la pancarta pensamos en los familiares que dejamos allí y en la remota posibilidad de que enfermen de dengue. No sé hasta qué punto sale más rentable empezar a invertir en un sistema hidráulico en condiciones, que anunciar macroproyectos como la construcción de una planta bioeléctrica asociada a un central azucarero y un parque eólico de 50 MW con dinero de la India.

Los problemas con el suministro de agua no son un tema exclusivo de Cuba. En el sur de España este verano ha habido cortes del servicio porque la sequía impone cada vez inversiones más costosas. Si durante esta legislatura el político de turno no resuelve el problema, el ciudadano tiene la opción de votar en los siguientes comicios por otro que al menos prometa que lo resolverá. En Cuba llevamos 60 años sin agua y tenemos que aguantar que los dirigentes del Partido Comunista hagan el baile de la cobra envueltos en la bandera y nos suelten el discursito del bloqueo.

Criaderos urbanos de mosquitos. Foto: CiberCuba.

No es de recibo que a estas alturas de la película haya todavía una fiscal en Holguín que hable de castigar a los "recalcitrantes". De qué recalcitrantes habla esta mujer. ¿De los que no tienen familia en el extranjero y dependen de un sueldo estatal para hacerse una cisterna en su casa? ¿O de los que no pueden permitirse otra forma de almacenar el agua que no sea el tanquecito oxidado con la tapa de madera de toda la vida?

El castigo no puede ser la solución. A la gente hay que educarla, pero no con publicidad de baja factura en la televisión cubana. Hay que enseñarles que se están jugando la vida. Puedo admitir que falta educación higiénico-sanitaria, pero lo que no admito es que se obvie que lo que faltan son inversiones. No de ahora, desde hace años.

En Cuba lo que hacen falta son más inversiones y menos sanciones. Foto: CiberCuba.

Nunca es buen momento para desembolsar el dinero que se necesita para solucionar el problema del agua en Cuba. Sesenta años después, ¿cuántas décadas más necesitan para arreglar esta situación?

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Artículo de opinión: Las declaraciones y opiniones expresadas en este artículo son de exclusiva responsabilidad de su autor y no representan necesariamente el punto de vista de CiberCuba.

Tania Costa

(La Habana, 1973) vive en España. Ha dirigido el periódico español El Faro de Melilla y FaroTV Melilla. Fue jefa de la edición murciana de 20 minutos y asesora de Comunicación de la Vicepresidencia del Gobierno de Murcia (España)


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