El Senado de los Estados Unidos ha confirmado este sábado a Brett Kavanaugh como nuevo juez de la Corte Suprema, después de semanas de controversia por acusaciones de abuso sexual en su contra, informaron medios locales.
La votación terminó 50 a favor y 48 en contra de Kavanaugh, nominado por el presidente Donald Trump en julio. Paralelamente, grandes grupos de manifestantes se mantuvieron protestando a las afueras del Capitolio.
Poco antes de la votación, Trump había afirmado que Kavanaugh "será un gran juez de la Corte Suprema". "Es una persona extraordinaria y creo que nos va a enorgullecer a todos", enfatizó el mandatario, quien hace exactamente un año enfrentaba el rechazo popular por sus comentarios sexistas.
El líder de la minoría demócrata en el Senado, Chuck Schumer, calificó la nominación como "uno de los momentos más tristes en la historia del Senado" y dijo: "este capítulo será una luz roja de advertencia sobre qué debemos evitar".
Los republicanos "llevaron a cabo uno de los procesos menos transparentes, menos imparciales y más sesgados en la historia del Senado, inclinando la mesa desde el principio para producir el resultado deseado", agregó.
El líder del partido republicano, Mitch McConnell, quien ayudó a impulsar la nominación de Kavanaugh a pesar de los momentos en que parecía que podría fallar, elogió efusivamente al juez.
"El presidente nombró a un jurista que ha sido descrito por sus pares legales de todas las tendencias políticas como una superestrella", dijo McConnell, y luego agregó que "el juez Brett Kavanaugh está entre los mejores que nuestra nación tiene para ofrecer".
La única republicana que se opuso a la nominación fue la senadora Lisa Murkowski, de Alaska, quien dijo a los reporteros que aunque cree que Kavanaugh es "un buen hombre", también sintió que el proceso se había convertido en algo "más grande que un candidato".
"En mi conciencia ... no pude concluir que él sea la persona adecuada para el tribunal en este momento", dijo la senadora.
El 4 de septiembre fueron iniciadas las audiencias que debían evaluar la candidatura de Kavanaugh en el Comité Judicial del Senado. Fue aquí donde los representantes demócratas pusieron sobre la mesa la acusación de agresión sexual de la profesora de psicología Christine Blasey Ford, que acudió la semana pasada a narrar su versión de los hechos, supuestamente ocurridos en 1982.
Las alegaciones de Ford estuvieron seguidas de las de otras dos mujeres, lo que ocasionó que los senadores presionaran a Trump para que el FBI investigara las acusaciones y emitiera un informe confidencial para el pasado jueves.
El presidente Trump ha insistido en respaldar a Kavanaugh a pesar de las denuncias y ha asegurado que se trata de un embuste organizado por la oposición demócrata para frenar la confirmación de su nominado al Supremo.
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