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La dirección de la UEB Acuinol, de Santiago de Cuba, proyecta construir una mini-industria para el procesamiento de tilapia y la elaboración de picadillo y embutidos.
La Granja Acuícola de Mícara, del municipio Segundo Frente, ha producido desde julio de este año 10 toneladas de varias especies de ese pescado: tilapia roja, áurea, gift y colossomas, que han sido destinadas a la alimentación de la población local.
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En el mismo territorio donde Raúl Castro fijó su lujosa residencia de retiro, que fue construida por los mismos obreros que levantaron el hotel Mazana Kempinski de La Habana, residentes de la zona han optado por la acuicultura en busca de mejores condiciones de trabajo e ingresos.
“El básico aquí son 355 pesos, cuando se saca producción sube el salario y nos dan estimulación. Ahora mismo yo cobré también en divisa, aparte del salario en moneda nacional. Es una mejora”, reveló al periódico Sierra Maestra Marcelino Calunga Chacón, un trabajador de la zona.
Él se ocupa de alimentar las tilapias, hacer guardia y mantener limpia el área que rodea los estanques. A su cuidado están 10,6 hectáreas de agua dulce donde se crían los peces, en depósitos de dos metros de profundidad.
Los habitantes del municipio Segundo Frente podrán contar en su red de pescaderías con ofertas que brillan por su ausencia en otras provincias.
Recientemente CiberCuba denunció la escasa oferta que brindaba una pescadería-carnicería Mar y Tierra del municipio Cerro, en la capital, donde solo había tronchos de tenca (un pez de agua dulce) a 15 pesos el kilo.
En Cuba, pese a ser una Isla, se consume poco pescado. Incluso este alimento fue sustituido por pollo en la canasta básica. El país cuenta con 122.000 hectáreas de cultivo extensivo de peces y 1.200 destinadas al alevinaje y al cultivo intensivo, cuyas capturas promedian unas 24.000 toneladas al año.
Sin embargo, no se logran buenas semillas (nuevos peces nacidos) en términos de disponibilidad ni calidad, debido al mal funcionamiento del programa genético, el uso de especies no idóneas y la falta de conocimiento del personal técnico.
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