Antonio Matos Díaz, el holguinero que esculpió la piedra donde se encuentran los restos de Fidel Castro, permaneció aislado en un área especial de 400 metros cuadrados, a la que solo tenían acceso seis personas, mientras trabajaba en el conjunto escultórico.
En una entrevista concedida al semanario Trabajadores, el artista reveló que en esa reclusión estuvo durante seis años.
A pesar de ello, en el momento de morir el dictador, la totalidad de la obra no estaba concluida. Aún no se habían colocado los diecinueve balaustres que rodean la roca, que representan las columnas del Ejército Rebelde.
Entre las mayores dificultades que enfrentó estuvo la selección del material. Se decidió emplear el granito, extraído del macizo Gran Piedra, porque es capaz de durar miles de años. Pero el proceso de tallado y pulido fue difícil, pues el monolito que al final se escogió como sepulcro pesaba alrededor de 24 toneladas.
Matos nació hace 65 años en Holguín, pero vive en Santiago de Cuba. Su identidad ha sido hasta hace muy poco un misterio, y solo ahora puede ser entrevistado porque las FAR lo autorizó.
Asegura que fueron Juan Almeida y Eusebio Leal los encargados de verificar personalmente el diseño del lugar, la selección de la piedra y la escultura como tal.
El denominado Complejo Histórico Revolución, del cual forma parte el nicho de Fidel Castro, requirió también del esfuerzo los trabajadores de la unidad 1 de Construcciones Militares de Santiago de Cuba, quienes comenzaron a laborar en dicha obra en el año 2006.
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