El residente de la provincia Granma, Luis Mojena González y su esposa, se encuentran en una grave situación económica. Padres de 3 niñas - una de ellas, con un problema auditivo- están a la espera de una cuarta criatura.
A Luis Mojena, funcionario de Justicia con salario estatal, y a su esposa, ama de casa, siempre les ha sido difícil cubrir las necesidades básicas de sus hijas. Ahora, con otro bebé en camino, les resulta imposible.
En reiteradas ocasiones la pareja ha acudido al gobierno provincial, en busca de algún tipo de ayuda económica, para aliviar la situación de la familia. Hasta la fecha, no han recibido ni una sola respuesta sobre su caso.
La familia de San Pablo de Yao, municipio de Buey Arriba, denunció el problema a través del periódico Trabajadores. Según relata Luis Mojena, la respuesta de las autoridades gubernamentales siempre es la misma: “ya se ha creado el expediente, pero aún no ha llegado la aprobación”.
Los subsidios se entregan “normalmente” a madres con 3 o más hijos y/o a personas que lo necesiten por determinadas condiciones.
La Asociación Nacional de Sordos de Cuba (ANSOC), quien atiende a una de las hijas de Luis, y la Asociación Cubana de Limitados Físico Motores (Aclifim), se sumaron a la denuncia de la familia, pero igualmente han sido ignoradas.
Según informa Trabajadores, las reuniones para la entrega de subsidios se realizaron en los meses de julio y agosto. Hubo una prevista para el 18 de octubre, pero no se desarrolló, por lo que el caso, nuevamente, no pudo ser analizado.
La situación de la familia de Luis Mojena, no es un incidente aislado. Múltiples han sido los casos que han tenido que recurrir a medios por atrasos o negativas por parte de autoridades del gobierno cubano.
Tres meses atrás, Juventud Rebelde relató la experiencia de una madre cubana con Lupus, quien llevaba siete años esperando por un subsidio por parte del Estado, que nunca llegó.
La mujer necesitaba del dinero para poder reparar la viviendo “improvisada” de un cuarto donde residía con su hija. La demora fue tal, que lo poco que quedaba en pie del inmueble quedó derribado con el paso del huracán Irma, el pasado año.
O el caso de Francisco Rafael Hernández, de 67 años, quien llevaba 10 años viviendo en una ‘facilidad temporal’ en La Habana, con su hijo discapacitado mental, a la espera de un subsidio para reconstruir su antigua casa, que colapsó tras el paso de un huracán en 2008.
Las autoridades se negaron a la entrega del subsidio, alegando que “no podían hacer nada”, ya que el título de propiedad de la vivienda estaba a nombre de la madre fallecida de Rafael Hernández, informó el periódico Granma.
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