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Los miembros de la caravana de migrantes que se dirige a Estados Unidos han presentado este miércoles una carta en la que piden al Gobierno norteamericano 50 mil dólares por persona, con el objetivo de que ese dinero les sirva como apoyo para regresar a sus países de origen.
No obstante, la primera demanda no es exactamente el dinero, sino que el presidente norteamericano, Donald Trump, "permita el libre ingreso a todos los integrantes del éxodo a territorio estadounidense".
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"Somos un conglomerado pacifíco compuesto por familias integradas por mujeres niños y hombres" que "venimos huyendo de la pobreza" ―añade el documento― que aprovecha para recordar "la injerencia económica, política y militar" que EE.UU. ha venido "ejerciendo por más de 100 años en nuestro país [Honduras] y demás países de Centro América".
La carta pide, igualmente, que Estados Unidos se lleve sus trece bases militares de suelo hondureño, "que ofenden y saquean nuestro suelo patrio", así como que "se lleve" al presidente Juan Orlando Hernández, que consideran culpable de muchos de sus males.
La entrega de la demanda se hizo en el Consulado de Estados Unidos en Tijuana bajo fuertes medidas de seguridad.
Los migrantes precisan que esperan una respuesta en un plazo de 72 horas. El documento no precisa qué sucederá en caso de que el Gobierno norteamericano no atienda a ninguna de sus peticiones.
De los 6.000 migrantes que llegaron en la caravana a Tijuana el mes pasado, 1.000 intentaron cruzar la valla fronteriza y la mayoría de ellos fueron detenidos. Otros 1.000 han aceptado la deportación voluntaria, mientras que otros viven en la calle o en refugios temporales en Tijuana.
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, trató de dificultar la obtención de asilo, pero el mes pasado un tribunal federal impuso una orden de restricción temporal en su política, que solo permitía las solicitudes presentadas en los puertos oficiales de entrada.
Bajo el gobierno del ex presidente Barack Obama comenzó un sistema denominado "medición", que limita la cantidad de personas que pueden solicitar asilo cada día en Tijuana. Los abogados dicen que Trump está utilizando el sistema de forma más agresiva para detener el flujo en el puerto de entrada.
Una portavoz de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP, por su sigla en inglés) dijo que la agencia trabaja con México y con organizaciones de beneficencia para administrar el flujo, pero negó que se esté impidiendo que las personas realicen solicitudes de asilo.
A lo anterior se suma que los grandes grupos de centroamericanos supone un desafío para México. El nuevo presidente Andrés Manuel López Obrador ha prometido emitir más visas de trabajo.
Su gobierno está en conversaciones con Washington sobre un plan de inmigración, que incluye una propuesta de Estados Unidos para que los solicitantes de asilo se queden en México hasta que se decida su solicitud, un proceso que puede llevar años.
Las exigencias presentadas este miércoles al Gobierno norteamericano modifican un poco el panorama, así que habrá que esperar la respuesta de la Administración estadounidense.
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