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Durante tres semanas estará sesionando este taller, que constituye una oportunidad excepcional para sus participantes, quienes tendrán ocasión de trabajar con el importante cineasta filipino, o realizarán filmes en los que él participe.
El taller en la EICTV será el primero de realización que imparta, en América Latina, Lav Díaz. Serán tres semanas para adentrarse en una región, un país, lejos de las tentaciones latentes en los acercamientos pintorescos y turísticos.
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Lav Díaz concibió su taller para cineastas, directores de fotografía, ingenieros de sonido y técnicos que se inspiren en un cine concebido más allá de los géneros, un cine tal vez similar al que realiza este autor cuya obra es un referente en el cine contemporáneo.
El cineasta filipino nunca atrajo la atención de los especialistas fuera de Filipinas, hasta el estreno, en 2013, de Norte, the End of History, que fue seleccionada para Un Certain Regard en Cannes. Sus tres siguientes filmes recibieron atención internacional de los críticos desde From What Is Before (2014) que le ganó el Leopardo de Oro en el festival de Locarno, hasta The Woman Who Left (2016) que ganó el León de Oro en Venecia.
Los filmes de Lav Díaz frecuentemente tienen que ver con el estado político y social de Filipinas, como Death in the Land of Encantos, que figuró en la sección de Vanguardia del Festival de Toronto, o Melancolía, que ganó el gran premio de la sección Orizzonti, en Venecia, y en ese festival también fue laureado con el Gran Premio del Jurado por Century of Birthing (2011).
Catalogado como uno de los cineastas más productivos y trabajadores de esta época, con un registro muy amplio de tonos y estéticas, Lav Díaz se caracteriza por dirigir películas de gran duración. Hasta 480 minutos se extendió A Lullaby to the Sorrowful Mystery, mientras que alcanzó diez horas Evolution of a Filipino Family (2004) y a dos horas y media llegó el documental Storm Children: Book One (2014).
Díaz ha realizado un cine realista, que manipula ampliamente los arquetipos del melodrama apoyado en la idea de la redención y el sacrificio, y así ha convencido a una parte importante del público filipino, aunque, por otro lado, su cine se distingue por tomas largas o estáticas, y un ritmo narrativo despacioso y contemplativo, del gusto de algunos críticos y de las elites intelectuales.
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