Vídeos relacionados:
Un reporte del medio CubaNet informó que en la provincia de Las Tunas se está utilizando harina contaminada por insectos para producir el pan, un producto que ha escaseado en los últimos tiempos en Cuba.
En el municipio de Puerto Padre primero pusieron carteles en las panaderías para anunciar que no había pan porque “la harina no sirve”.
Lo más leído hoy:
No obstante, siguieron haciendo pan, y muchos se quejaron por haber encontrado “bichos” dentro.
Según el reporte del citado medio, un panadero informó que antes de procesar la harina contaminada para hacer el pan, los panaderos procedían a cernirla con un fino tamiz para que toda suerte de insectos y otros “bichos queden fuera”.
Según los trabajadores, es la propia empresa estatal es la que los manda a cernir la harina. O sea, saben de la situación y aún así la ofrecen a los consumidores.
Por tanto, se está haciendo una evidente violación a los derechos, de acuerdo con la Resolución 54/18 sobre “Protección de los consumidores”, que dice que “los derechos del consumidor son inviolables por los proveedores e irrenunciables por los consumidores”.
Además, dicha Resolución refiere que el proveedor “desarrolla la actividad productiva y de servicios, adopta normas éticas y de conducta, evita prácticas comerciales abusivas o engañosas que perjudiquen la seguridad, salud y los intereses de los consumidores”.
Por su parte, el Código Penal cubano en el artículo 227.1 sanciona con privación de libertad de seis meses a dos años o multas al que “venda o ponga a la venta al público artículos incompletos en su composición o peso o deteriorados o en mal estado de conservación”.
Cabría preguntarse, ¿qué sucederá si las personas enferman por la harina contaminada? ¿Qué manera es esta de ofender a la población, ofreciéndole productos en mal estado? ¿Quién responderá por esta infracción?
En los últimos tiempos en el país no se ha hablado de otra cosa más que del pan y de su escasez, por la falta de harina de trigo.
Por su parte, el Ministerio de la Industria Alimenticia (MINAL) y Armando Posada Lóriga, presidente del grupo empresarial de la Industria Alimentaria, reconocieron públicamente la grave crisis de pan liberado.
Según informaron, se deben 42 mil toneladas del plan productivo de harina de este año, y la estimación indica que se cerró el 2018 con un déficit de 74 mil toneladas.
Archivado en: