El italiano Raffaele Testagrossa, natural de Sicilia, ha sido asesinado en Cuba, según ha informado en Facebook Ernesto Diamantini, amigo personal de la víctima, que se enteró este lunes del crimen porque su hijo le llamó a Ginebra, desde Las Tunas, para darle la noticia.
Ha confirmado la noticia otro italiano, Mario Mazzola, residente en Holguín. "Yo lo conocía de vista. Los amigos de Las Tunas me dicen que sí. Todo es verdad: asesinado, descuartizado y puesto en una maleta. Uno de los culpables ya se lo llevaron, porque iba con el ciclomotor de la víctima. Parece que es un niño. No se entiende bien el porqué de tanta crueldad".
También se ha hecho eco de la noticia en Instagram Infotunas, una cuenta que se dedica a dar información deportiva local. Según explica, el asesinato habría sido cometido el pasado día 16 de febrero.
Su versión coincide con la de Mario Mazzola y habla de que el cuerpo fue descuartizado y escondido en una maleta, que habría sido arrojada al campo.
En este caso, difieren del autor del crimen, achacándolo a una joven de 28 años, que presuntamente pretendía robarle el dinero que el artista tenía en su casa.
Desde Las Tunas, personas cercanas al fallecido sólo confirman a CiberCuba que la Policía halló el cadáver de Testagrossa descuartizado dentro de una maleta. Los agentes que investigan el caso se han puesto en contacto con un amigo cubano de Testagrossa para localizar en Italia a los hijos de la víctima. No aportan más detalle sobre las circunstancias en las que ha ocurrido el crimen.
Raffaele Testagrossa (1945-2019) nació en Palermo (Sicilia) y vivía en Las Tunas desde 1992. Allí descubrió su pasión por el conocido como "arte pobre". Se dedicaba a hacer piezas utilizando vidrios de colores con los que cubrió incluso su Dodge 56, su pasión y el carro por el que todo el mundo le identificaba. Le llamaban "el artista del vidrio" y llegó a exponer sus obras en Holguín, Las Tunas y Ciego de Ávila. A nivel internacional, en Turín.
También es destacable la decoración con vidrio que le hizo a la habitación 218 del hotel Las Tunas y al restaurante, bar y discoteca del hotel Deauville, en La Habana.
La prensa local de Las Tunas no recoge nada sobre el crimen.
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