El 24 de febrero de 1994, aviones de la Fuerza Aérea cubana derribaron a dos avionetas de la organización Hermanos al Rescate, acción en la que fallecieron cuatro cubanoamericanos, y de la que el Gobierno de Fidel Castro y sus sucesores jamás rindieron cuentas.
Marti Noticias ha vuelto sobre aquel incidente de hace 23 años. “Fue un operativo fulminante. En cuestión de minutos los misiles aire-aire de los MIG-29 cubanos pulverizaron las avionetas desarmadas que habían salido desde Miami a rescatar inmigrantes. Así perdieron la vida tres pilotos estadounidenses de origen cubano, Carlos Costa, Mario de la Peña y Armando Alejandre Jr., y el residente cubano, Pablo Morales”.
Solo la tripulación de una tercera aeronave pudo escapar al ataque de los cazas cubanos: aquella en la que viajaban José Basulto, fundador de Hermanos al Rescate; el copiloto Arnaldo Iglesias y el matrimonio de Andrés y Silvia Iriondo.
En una rememoración del incidente, la cadena noticiosa recuerda que el entonces presidente del Parlamento cubano, Ricardo Alarcón, lo justificó ante la opinión pública con la alegación de que los aparatos habían entrado al espacio aéreo de la Isla, afirmación desmentida en su momento por la Organización de Aviación Civil Internacional (OACI), que concluyó que el derribo se produjo en aguas internacionales.
La autoridad internacional determinó asimismo que las fuerzas cubanas no aplicaron el protocolo de aviso propio de estos casos, ni instaron a las tripulaciones de las avionetas a desviar su curso y ponerse a salvo.
Según Martí Noticias, la responsabilidad del ataque es totalmente achacable al hoy expresidente Raúl Castro, quien comandaba el ejército cubano en ese momento, y ordenó que el derribo de las aeronaves se llevara a efecto “cuando se aparezcan”.
“Con un cohetazo de esos, avión-avión, lo que viene para abajo es una bola de fuego”, decía Raúl Castro en esos días, en una grabación dada a conocer por El Nuevo Herald cuando se cumplieron 10 años del ataque.
Además de Castro, el dedo acusador señala al general de División Rubén Martínez Puente, que estaba entonces al mando de la DAAFAR, y a los coroneles Lorenzo Alberto y Francisco Pérez-Pérez, que pilotaban los cazas cubanos aquel fatídico día. Todos están en la mira de la justicia estadounidense.
Otro de los que facilitaron el ataque fueron Gerardo Hernández, quien dirigió la Red Avispa, cumplió prisión por ello y hoy en la Isla –luego de que el demócrata Barack Obama accediera a su liberación como paso previo a la normalización de las relaciones bilaterales–, es calificado de “héroe” por el gobierno comunista.
A día de hoy, la Comisión Internacional Fiscalizadora de Crímenes de Lesa Humanidad del Castrismo Justicia Cuba incluye el ataque del 24 de febrero de 1996 entre sus ejemplos de crímenes más notables llevados a cabo por La Habana.
Por su parte, la Asamblea de la Resistencia Cubana lleva adelante un proyecto de recogida de firmas para solicitar que la Casa Blanca haga las gestiones pertinentes a fin de lograr que Raúl Castro sea enjuiciado ante un tribunal internacional.
En igual sentido, los legisladores Marco Rubio y Mario Díaz-Balart, ambos de origen cubano, han pedido al presidente Donald Trump que ordene al Departamento de Justicia una revisión del caso del derribo de las avionetas, de modo que se facilite que en un futuro sus responsables puedan responder ante un tribunal.
Hasta el momento, recuerda Martí Noticias, varios veredictos judiciales han ordenado la compensación a los familiares de las víctimas del derribo, a partir de fondos cubanos congelados en bancos norteamericanos. “Pero ellos y la inmensa comunidad de cubanos que los respalda aguardan la justicia plena, esa que logre condenar definitivamente a los autores de este crimen”.
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