Hasta el mismo 24 de febrero los cubanos votaron en el referendo constitucional con la campaña del gobierno por el Sí en los colegios electorales y la total ausencia del No en Cuba. Solo en las redes sociales se hizo sentir el #YoVotoNo o el #YoNoVoto y los pocos que se atrevieron a expresar abiertamente su voto negativo en la Isla fueron reprimidos por la policía.
El gobernante Miguel Díaz-Canel dejó una imagen pocas veces vistas en Cuba: un alto funcionario en una cola con la pretendida primera dama, Lis Cuesta.
"Los cubanos votando hoy por nuestra constitución estamos votando por América Latina, por el Caribe y estamos votando también por Venezuela y estamos defendiendo Venezuela, porque en Venezuela se está jugando la dignidad del continente", dijo Díaz-Canel, quien defiende al dictador Nicolás Maduro después de que sus simpatizantes quemaran camiones con ayuda humanitaria este sábado en la frontera con Colombia.
Tal ha sido la obsesión del sucesor de Raúl Castro por promover un sí rotundo a este referendo, que llegó a asociar una medalla de oro ganada por la judoca Idalys Ortiz en Alemania con la votación en la Isla y repitió el discurso habitual del régimen cubano de un pretendido "ataque imperialista" a América Latina.
El referendo constitucional, por su parte, ha sido el primero que se realiza con una sociedad civil cubana activa en las redes sociales y con acceso a Internet en la Isla.
En Facebook y Twitter algunos ciudadanos denunciaron que el voto se hizo con lápiz y no con bolígrafo. Otros se convirtieron en verificadores del escrutinio una vez cerrados sus colegios electorales y subieron al instante los datos finales, que fueron recopilados por medios independientes como El Toque.
La periodista Yoani Sánchez sufrió presiones en el colegio electoral donde intentó verificar el escrutinio. "Me negué a firmar el acta como observadora porque durante todo el tiempo que estuve allí me sentí acosada, amenazada y no respetada en mi derecho de presenciar el escrutinio", aseguró Sánchez.
En el referendo constitucional se les impidió el voto no sólo a los más de dos millones de cubanos en el extranjero, sino a otros que estaban en la Isla, por ser repatriados, por ejemplo, o pertenecer a organizaciones opositoras como UNPACU.
Aún así, muchos de los que votaron 'No' dejaron constancia en las redes sociales con su carnet de identidad para que no pudiera ser manipulado su voto luego por la Comisión Electoral Nacional.
Uno de los fraudes más sonados fue el de un hombre que rellenó unas 30 boletas con el Sí y las introdujo en una de las urnas.
La falta de observadores internacionales este 24 de febrero supone otra de las irregularidades que fueron denunciadas por activistas políticos como Rosa María Payá. "Esperamos de la comunidad internacional que no reconozca lo que nosotros no hemos reconocido", apuntó.
Otros ciudadanos reportaron que hasta lo niños cubanos los acompañaron en la votación. Esta semana, el gobierno cubano utilizó a los estudiantes en horario escolar para hacer campaña solo a favor del Sí y los que votaron No por la nueva Carta Magna llegaron a ser calificados como "terroristas" por el diputado Gerardo Hernández Nordelo, uno de los cinco espías en EE.UU., considerado "héroe" por el régimen cubano.
En las redes sociales algunas personas afines al gobierno cubano criticaron a quienes expresaron su voto negativo y su insatisfacción con un proceso que excluyó a los cubanos fuera de la Isla. Sin embargo, una cubana apoyó la Constitución porque "es de nosotros los cubanos".
Según el último parte emitido por el gobierno cubano, este domingo hasta las 5 de la tarde habían votado unos 7 millones 524 mil 318 cubanos de los 8 millones 669 mil 714 convocados. Los colegios electorales cerraron una hora después.
Pese a que no se sabe todavía el resultado oficial preliminar, periodistas independientes como Maykel González Vivero reportan que en Sagua La Grande, Santa Clara, "ya celebran la victoria del Sí".
Este lunes se espera que la Comisión Electoral Nacional haga público el resultado del referendo constitucional. Las estimaciones a pie de urna apuntan que el 'Sí' ganará con más de un 85% de los votos aproximadamente, mientras el 'No' será poco más del 10%.
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