La polémica generada por la posibilidad de la inclusión del matrimonio igualitario, en la Constitución cubana, despertó un monstruo que dormitaba hace décadas y que esta vez arrecia con mayor fuerza contra la comunidad LGBTI+, que escasamente ha logrado destacarse u obtener espacio dentro de la sociedad cubana y en las leyes de la Isla.
Entrevistados que prefieren no identificarse creen que el intento de incluir en la Constitución cubana el matrimonio igualitario, solo fue una estrategia gubernamental para desviar atenciones, pero "la represión y persecución policial siguen latente", aseguran a CiberCuba, al igual que los casos de homofobia continúan siendo un tema sin solución, que luego del Referéndum Constitucional han cobrado más fuerza dentro del país.
A un grupo de jóvenes que salían de la iglesia Metodista San Juan, sede principal de dicha denominación cristiana en Santiago de Cuba se les escuchó decir: “¿Qué es eso de hombre con hombre y mujer con mujer? ¡Eso no es de Dios!”, al finalizar un culto que recriminalizó la homosexualidad y refirió sus “perjudiciales consecuencias” dentro de la sociedad.
“Con mis propias manos, arranqué un poco de carteles de las puertas de los cristianos. Si nosotros no nos podemos expresar libremente, ellos tampoco. Amo a Dios y dejo que él guíe mis pasos, pero no acepto, que un poco de hombres que quieren limpiar sus pecados del pasado con la iglesia, quieran ofenderme y denigrarme”, comentó a CiberCuba, Adrián, un joven homosexual santiaguero.
Los discursos homofóbicos son un tema recurrente dentro de los templos cristianos, y a pesar de no haberse contenido el matrimonio igualitario en la Constitución, la posibilidad de que dentro de dos años, exista una ley incluida en el Código de Familia, que pueda aprobar la unión de dos personas del mismo sexo, mantiene en alerta a los representantes de las iglesias, que no cesan en sus discursos en contra de la comunidad.
Hay que sumar la poca acción de las organizaciones gubernamentales LGBTI en Santiago de Cuba, que enfocan sus actividades solo en la prevención de enfermedades de transmisión sexual y no en el respeto a los derechos LGBTI.
Las Isabelas, un grupo conformado por mujeres lésbicas y la Red Humanidad por la Diversidad (HxD), una organización dirigida por Manuel Lezcay, psicólogo infantil en la ciudad, que atiende preferentemente derechos sexuales, son las únicas organizaciones dentro de la oriental provincia que responden a los intereses de la comunidad de gay, lesbianas, transexuales, bisexuales e intersexuales. Ambas organizaciones están comandadas por el estatal Centro Nacional de Educación Sexual (Cenesex), realizando conferencias, debates y prevención de salud, aunque estos solo se mantienen dentro de cuatro paredes y rara vez se hacen públicamente.
En ese sentido la propaganda sobre temas de prevención de salud, homofobia y transfobia, son en muchas ocasiones silenciados por los mismos activistas, justificando sus acciones, con que las actividades realizadas evitan confrontaciones con la iglesia.
Jesús Morán, promotor de salud y perteneciente al Cenesex, comentó a este portal que, “en Santiago no existe nada concreto en cuanto a la comunidad LGBT, y todo se centra en debates y discursos dentro de un aula, así no vamos a darle más espacio a la comunidad, y que la gente comprenda el asunto”.
Morán reseñó además la poca actuación de las autoridades y de la Policía Nacional Revolucionaria (PNR) ante casos de homofobia y su aumento luego del referéndum constitucional. “Después de los debates por la Constitución los casos de homofobia crecieron, y la iglesia mantiene una cruda represión contra nosotros, sin que nadie salga a defendernos, ni Mariela Castro, ha hecho nada”.
“Un amigo, estudiante de Medicina, cuando salía para la facultad, fue abucheado y ofendido en la calle por un vecino suyo, que practica la religión Bautista, incluso llegó a tirarle piedras. Él me comentó y fuimos hasta la Policía para hacer la denuncia, pero ni caso nos hicieron, dijeron que iban a citar al hombre, nos dieron un papel escrito con lápiz, y que se nos informaría del proceso, pero hasta la fecha y ya hace más de un mes de eso, no hemos recibido respuesta”, narró Morán.
En los debates realizados en el proceso de reforma constitucional, el tema más citado fue el artículo 68, considerado una aberración por muchos y al cual la iglesia respondió con una movilización poco frecuente en Cuba.
En cada reunión en los Comité de Defensa de la Revolución (CDR), centros de trabajo y en cualquier lugar donde se hizo la consulta popular, no se escuchaba más que, “no estoy de acuerdo con que los gays se casen, ya ellos tienen bastantes libertades”, palabras repetidas hasta el cansancio y que en muchos casos hasta los mismos árbitros de dichos debates aplaudían.
Apenas importaban los demás artículos del borrador del texto constitucional y las discusiones solo se resumían en “la unión entre dos personas”, siendo en los pocos minutos que duraban las reuniones, destripada, apedreada y pisoteada la comunidad LGBTI+.
El artículo 68 fue remplazado en la versión definitiva por el 82, que expone que el matrimonio es “una institución social y jurídica que se funda en el libre consentimiento y en la igualdad de derechos, obligaciones y capacidad legal de los cónyuges”, dando cabida, en una transitoria del texto constitucional, a una nueva consulta popular, que decidirá las formas de construir el matrimonio.
Esto mantiene en vela a las iglesias Metodistas, Pentecostales y protestantes en general que desde el inicio de la discusión, lanzaron una campaña de odio, esparciendo en los más recónditos espacios de la urbe, carteles que expresan: “Estoy a favor del diseño original” y “Dios creó al hombre y la mujer para que procreen”, los cuales aún continúan en las puertas de muchas viviendas de religiosos e iglesias santiagueras, sin que autoridades y supuestas organizaciones gubernamentales, veladoras por los derechos sexuales, se pronuncien en contra del acribillamiento de la comunidad sexo diversa.
¿Qué opinas?
COMENTARArchivado en: