Cifras preliminares divulgadas ayer miércoles por la Administración de Información de Energía (EIA, por sus siglas en inglés) indican que las importaciones de petróleo venezolano a Estados Unidos cayeron a cero la pasada semana. Es la primera vez que ocurre desde que se llevan registros.
Las importaciones se desplomaron desde unos 587 mil barriles diarios que todavía se importaban a finales enero, a cero, lo que supone un duro golpe para el régimen de Maduro, que ahora está buscando que sea Rusia u otros países quienes se queden con el petróleo que ha dejado sin dueño Estados Unidos.
El secretario del Tesoro de Estados Unidos, Steven Mnuchin, anunció a finales de enero un grupo de sanciones contra la petrolera estatal venezolana Petróleos de Venezuela (PDVSA).
Las sanciones incluyeron la congelación de todos los fondos de PDVSA en Estados Unidos. Bloquean 7000 millones de dólares en activos, y significan 11000 millones de dólares en ingresos de exportación.
El propósito de tales medidas fue aumentar la presión sobre Nicolás Maduro, desconocido por Washington como presidente legítimo de Venezuela luego de la autoproclamación de Juan Guaidó como presidente interino.
Hace poco más de dos semanas, ya fue noticia que las exportaciones de petróleo de Venezuela se habían desplomado un 40% en el primer mes después de que el Gobierno norteamericano impusiera las sanciones.
No obstante, Estados Unidos todavía no ha tratado de evitar que las compañías con sede fuera del país compren petróleo venezolano, una estrategia conocida como "sanciones secundarias".
El pasado martes, 19 de marzo, el presidente Donald Trump declaró durante su encuentro con el presidente brasileño, Jair Bolsonaro, que Estados todavía no ha aplicado "las sanciones más duras" contra Venezuela.
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