Desde hace varios días en la región central del país circulaban comentarios que por fin quedaron confirmados por el semanario espirituano Escambray: se cometieron fraudes en el examen ministerial de Matemáticas, correspondiente al duodécimo grado.
El semanario se limitó a publicar la nota cursada por la Dirección Provincial de Educación, donde se explica que, en efecto, el pasado 4 de marzo de 2019, se detectó que en el referido examen se cometió fraude académico, en el que estuvieron implicados tres docentes y un grupo de estudiantes de los institutos preuniversitarios urbanos Nieves Morejón López, de Cabaiguán, y Honorato del Castillo en la propia ciudad de Sancti Spíritus.
Las autoridades educativas de la provincia refieren que aún no se han concluido las averiguaciones correspondientes pero que ya se han tomado medidas: “Este repudiable hecho conllevó a la anulación del examen en el primero de los centros y la realización de una segunda convocatoria a la totalidad de los alumnos del mismo”, argumenta la nota de prensa.
En ningún momento se refiere el alcance del fraude, pues el examen filtrado pudiera haber llegado a distintos territorios del país mediante el uso de un teléfono móvil o las facilidades que ahora mismo brinda la internet. Eso sí, se señala que una vez finalizada la investigación se adoptarán las medidas judiciales y administrativas correspondientes contra los responsables directos y colaterales.
“En la actualidad tres docentes se encuentran en instrucción penal y a los estudiantes se les aplica lo establecido en el reglamento escolar ante la gravedad de los errores cometidos”, puntualiza la información difundida por Escambray, y donde, como suele ser habitual en la prensa cubana ante hechos de corrupción, no se dan a conocer los nombres de los implicados.
La nota de la dirección provincial de educación concluye con una declaración casi confesional: “Actitudes como estas, tan denigrantes, no se permitirán y nunca tendrán cabida en nuestro sistema educacional”.
Sin embargo, y en honor a la verdad, actitudes y procederes como ese cada vez son más frecuentes dentro del sistema educacional de la isla, y para constatarlo solo falta revisar lo acontecido en la última década cuando se han reportado una veintena de hechos similares, y eso si nos atenemos solamente a aquellos que han sido detectados.
Tan habitual resulta ya que algunos profesores y maestros lucren con los exámenes, que en la recién estrenada telenovela cubana el popular actor Enrique Bueno encarna el papel de un profesor que argumenta sostener económicamente su familia con los frutos derivados del fraude académico.
En ambos casos, tanto la realidad como la ficción, confirman una verdad inobjetable: mientras los docentes cubanos, como la gran mayoría de los profesionales de la isla no puedan vivir del fruto de su trabajo, la corrupción lejos de controlarse continuará en ascenso dentro de cualquier esfera de la sociedad cubana.
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