Un grupo de cubanos que se encontraban en la ciudad de Matamoros, en el estado de Tamaulipas, a la espera de su turno para solicitar asilo político a las autoridades de Estados Unidos cruzó a nado el río Bravo la semana pasada con el objetivo de agilizar el proceso.
A raíz del incidente, aseguran autoridades mexicanas, el gobierno de Estados Unidos comezó a instalar vallas en esta zona, cosa que viene haciendo, por otro lado, a lo largo de la frontera con México desde hace meses, sobre todo después de que aumentara a partir de octubre la cantidad de migrantes que han intentado violar los protocolos de registro para la solicitud de asilo político.
El administrador de la Casa del Migrante en Matamoros, ciudad del estado mexicano de Tamaulipas, José Antonio Sierra Vargas, dijo al medio local Hoy Tamaulipas que consideraba innecesario el gasto de la administración estadounidense porque los migrantes que se encuentra en la zona se comportan de modo tranquilo.
Sin embargo, el periódico mexicano La Jornada daba a conocer la semana pasada que unos 700 migrantes cubanos, nicaragüenses, salvadoreños y brasileños estaban hacinados en el Puente Nuevo de esta localidad y en las orillas del río Bravo, porque las instalaciones para migrantes en el territorio eran insuficientes.
Asimismo, el día de ayer salió a la luz que en Ciudad Juárez también un grupo de cubanos y centroamericanos cruzó el río Bravo dejando a su paso pertenencias en el agua, que luego fueron encontradas por las autoridades.
Las condiciones infrahumanas que soportan los migrantes mientras esperan la entrevista para solicitar asilo en Estados Unidos los lanza a violar los protocolos migratorios y a arriesgar sus vidas una y otra vez.
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