El presidente Donald Trump dijo ayer sábado que Estados Unidos está enviando inmigrantes indocumentados detenidos por las autoridades de inmigración a las ciudades santuario, que se caracterizan por proteger a estas personas.
“Solo el mes pasado, 100.000 inmigrantes ilegales llegaron a nuestras fronteras, ejerciendo una enorme presión sobre las comunidades, escuelas, hospitales y los recursos públicos, como nadie ha visto jamás”, dijo ante una multitud en Green Bay, en Wisconsin.
“Ahora estamos enviando a muchos de ellos a ciudades santuario. No están muy contentos con eso. Me enorgullece decir que en realidad esa fue mi trastornada idea”, añadió.
El Departamento de Seguridad Nacional aún no ha confirmado las declaraciones.
El pasado 12 de abril el mandatario hizo referencia en su cuenta de Twitter a un artículo de The Washington Post, respecto a que estaba considerando liberar a migrantes detenidos en la frontera y mandarlos a las principales ciudades santuario, que están controladas por los demócratas, como forma de venganza contra sus adversarios.
“Debido al hecho de que los demócratas no están dispuestos a cambiar nuestras muy peligrosas leyes de inmigración, de hecho, como se informó, estamos considerando seriamente la posibilidad de colocar a los inmigrantes ilegales solo en ciudades santuario”, escribió Trump.
El pasado viernes se conoció que el estado de Florida, en cuya población hay un 20 % de inmigrantes, se dirige a firmar una de las leyes más estrictas contra las ciudades santuario, lo que obligará a la policía local a cooperar con las autoridades migratorias para la deportación de los extranjeros ilegales.
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