Los CUC son billetes de Monopolio y la escasez de productos en las TRD lo demuestra

El Gobierno cubano ha hecho todo lo posible para quitar poder adquisitivo a los cubanos, especialmente los que ellos clasifican como acaudalados, ricos o “macetas”

CUC vs. billetes de Monopoly © Collage CiberCuba
CUC vs. billetes de Monopoly Foto © Collage CiberCuba

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Este artículo es de hace 5 años

Al Gobierno cubano siempre le ha gustado jugar con el dinero del pueblo. Desde el cambio de moneda a principios de la revolución que convirtió los ahorros de miles de cubanos en papel inservible, hasta la implantación de los CUC como única moneda aceptada en las tiendas en divisas, siempre han hecho todo lo posible para quitar poder adquisitivo a los cubanos, especialmente los que ellos clasifican como acaudalados, ricos o “macetas”.

Todo comenzó un viernes de 1961 cuando Fidel Castro anunció por sorpresa que los pesos corrientes dejaban de tener valor. A quienes tenían cuentas bancarias se les reconocerían solo hasta 10 mil pesos, aunque su saldo fuera mucho mayor, el resto lo perdían (era nacionalizado). Quienes guardaban el dinero en sus casas podían cambiar solamente 200 pesos y el resto, hasta 10 mil pesos, lo podían ingresar en una cuenta. En ambos casos solo se podría extraer 100 pesos mensuales de esa cuenta.


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Quienes sacaron el dinero del país se quedaron con esos billetes sin valor en sus manos, pues durante los días del cambio se prohibieron los viajes a Cuba. Miles de cubanos perdieron los ahorros de toda su vida por el capricho de Fidel Castro y el entonces ministro de economía Ernesto Guevara.

Miles de pesos en billetes de antes de 1959.

Miles de cubanos perdieron los ahorros de toda su vida por el capricho de Fidel Castro y el entonces ministro de economía Ernesto Guevara

Por esas fechas se penalizó la tenencia de divisa extranjera. Con el tiempo, los cubanos que recibían remesas informales desde el exterior o las traían de contrabando después de un viaje tenían que buscar un intermediario extranjero, para poder adquirir productos en las llamadas “diplotiendas”, existentes en el país para diplomáticos y otros extranjeros radicados en Cuba.. Quienes eran sorprendidos con dólares los perdían y normalmente iban a parar a la cárcel.

En el año 1993, en medio de la crisis económica, el Gobierno anunció la legalización de la tenencia de divisa extranjera y de los envíos de remesas de ciudadanos cubanos desde el exterior. La economía cubana se dolarizó en poco tiempo, en la isla comenzó a circular el dólar como moneda de pago para productos y servicios en las tiendas del Estado, llamadas “tiendas recaudadoras de divisas”, pero también para el pago de transacciones de compraventa y servicios entre cubanos.

Esta “libertad” duró poco: paulatinamente el Gobierno fue introduciendo el Peso Cubano Convertible (CUC), inicialmente mediante las monedas y posteriormente los billetes, y en 2004 se prohibió la circulación de las divisas extranjeras, principalmente el dólar, aunque su tenencia sigue siendo legal.

Con la introducción del CUC como moneda “equivalente” al dólar norteamericano el régimen cubano recibe directamente las divisas que se envían al país mediante canales formales, léase Western Union, transferencias bancarias, giros postales, o agencias acreditadas y, a cambio, entrega a los cubanos CUC, moneda sin ningún valor reconocido fuera de Cuba, que solo puede utilizarse para comprar en las tiendas del propio régimen y que están hoy desabastecidas como nunca antes.

El CUC ha pasado a convertirse en los vales o fichas -tan criticados por el régimen- con los que se pagaba a algunos campesinos antes de 1959, que solo eran válidos en las tiendas del propio ingenio o central.

¿Cómo es posible, entonces, que en estas tiendas donde se paga por productos en una moneda equivalente a la divisa extranjera, además a precios que rondan el doble o el triple de su precio en cualquier país del mundo, exista desabastecimiento?

La respuesta es simple, el Gobierno recibió la remesa o cambió sus divisas por billetes de CUC con anticipación a su uso y gastó esas divisas en cualquier otra actividad, como preparar la mansión de la nieta de Raúl Castro o construir alguno de los hoteles de lujo que crecen como hongos en La Habana y que se siguen construyendo a pesar de que están mayoritariamente vacíos.

Las tiendas están vacías porque las divisas que debieron emplearse en surtirlas, para dar un servicio a los cubanos que reciben remesas, se gastaron en otras cosas, y ahora el Gobierno no tiene cómo adquirir estos productos. Peor aún, el régimen además les debe sumas multimillonarias a empresas que vendieron a crédito sus productos a Cuba y que no quieren seguir vendiendo hasta que el Gobierno cubano no salde las deudas que todos sabemos que no pueden saldar.

Las tiendas están vacías porque las divisas que debieron emplearse en surtirlas, para dar un servicio a los cubanos que reciben remesas, se gastaron en otras cosas, y ahora el Gobierno no tiene cómo adquirir estos productos

Los CUC que usted tiene en sus manos no son más que billeticos de Monopolio, y el Gobierno no tiene ningún interés en que usted los gaste, es más, mientras más CUC usted tenga ahorrados es mejor para ellos.

Desde mi punto de vista, es probable que el Gobierno penalice una vez más a los cubanos que tengan gran cantidad de CUC e, incluso, CUP. El futuro cambio de monedas que tanto demora (por diversas razones) pudiera venir acompañado por restricciones como las que ya emplearon en 1961.

Pudieran limitar la cantidad que cada persona puede cambiar e, incluso, pudieran devaluar los CUC en el proceso de canje. Cualquier medida es posible, más aún cuando no tienen divisas para cumplimentar el “compromiso” de ofertar productos a quienes tienen CUC, y pudieran decidir disminuir ese compromiso a golpe de decreto.

Esto ya ha pasado en Cuba: sucedió en 1961 y, posteriormente, cuando implementaron un impuesto del 10% al cambio de dólares americanos.

En otros países también han ocurrido cambios de moneda con devaluación, como los llamados “corralitos” en Argentina y los sucesivos cambios de moneda en Venezuela, que vive sumida en una inflación galopante.

En mi opinión la mejor manera de protegerse contra este panorama cada día más cierto es recibir las remesas y/o ahorrar en divisa extranjera.

Si usted tiene forma de que su familiar le envíe las remesas en euros o dólares, pídaselo. Si tiene un negocio que trata con extranjeros, pídales que le paguen directamente en divisas; si vende algún producto, trate de hacerlo directamente en divisas.

Cambie a CUC solo aquella divisa que va a utilizar, el resto manténgalo en la moneda original.

Aunque el Gobierno no ha dado fecha para la futura unión monetaria, ni ha dicho cómo será, nunca se es demasiado precavido para proteger nuestro dinero. Piense en lo que más le conviene y saque sus propias conclusiones.

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Luis Flores

CEO y cofundador de CiberCuba.com. Cuando tengo tiempo escribo articulos de opinión sobre la realidad cubana vista desde la perspectiva de un emigrante.


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