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Esta es la tercera entrega de mi selección de cada uno de los mejores dorsales del deporte. Recuerdo que se trata de una lista muy personal mediada por preferencias que cultivé con transmisiones televisivas, en las gradas del estadio o a través de lecturas, documentales, e inclusive películas biográficas.
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BABE RUTH
Él puso de moda los jonrones cuando el béisbol era un juego de ‘jileros’. Bebió en grande, comió cuanto le cupo, fumó como un slugger. Se la pasó riendo mientras los lanzadores lo querían descuartizar. Era un niño metido en un cuerpo regordete, el uniforme le sentaba mal –¡muy mal!-, pero el bate parecía la extensión de sus manazas. Ruth, quizás, haya sido el mejor bateador de cualquier época: 714 bambinazos, 2214 impulsadas, average de .342... Ruth, con seguridad, es uno de los zurdos más sensacionales que escalaron los montículos: 94 victorias contra 46 reveses, 2.28 de efectividad... Si hubo alguien nacido para jugar al béisbol, ese fue el mítico George Herman que justamente un día como hoy, 71 años atrás, vio cómo los Yanquis de su vida retiraban el número que lució en el uniforme.
Hall de la Fama. Siete veces ganador de la Serie Mundial. Miembro del All Century Team. Elegido por Associated Press como Atleta del Siglo XX. Uno de solo tres ligamayoristas con más de 700 cuadrangulares.
Mención
Esta vez, paso. En su momento disfruté viendo a Paolo Maldini y Allen Iverson, y aun Roberto Carlos me produjo sobresaltos exquisitos. A veces, todavía lo consigue hacer Dwayne Wade. Todos ellos han llevado el ‘3’ en el dorsal, y todos han abierto trillos en la historia. Pero ninguno de ellos llega a tener lugar en mis altares.
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