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En los tres primeros meses de 2019, 13 personas han ido a la cárcel en la capital de Cuba juzgadas por el delito de robo de combustible, informó el presidente del Tribunal Provincial de La Habana, Yojanier Sierra Infante.
Las penas que se le aplican a los acusados varían. Si el robo de combustible se valora en más de 10 mil pesos cubanos, la condena puede ser de 8 hasta 20 años de prisión, lo que constituye un fallo en extremo severo.
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Si la extracción ilegal del combustible se cifra en menos de 10 mil, entonces la pena puede ser de entre tres meses y un año de privación de libertad.
Las autoridades explican que casi todos los casos están asociados al combustible del transporte público.
“Hay una marcada presencia de sustracción de robo de combustible en las terminales de ómnibus y esto impacta en la población de manera negativa”, indicó Sierra Infante.
Los municipios en donde más se reporta sobre estos casos son Playa, Marianao, Diez de Octubre y Habana del Este.
“En Cuba hay una sola institución que vende el combustible, por lo que todas las personas naturales o jurídicas están obligadas a comprar legalmente el combustible a CUPEC", aclaró el funcionario, haciendo referencia a que gran parte del combustible en el país circula por canales ilegales.
Desde que el gobernante actual Miguel Díaz-Canel asumió el cargo a finales de 2018, erradicar el robo de combustible ha estado entre las prioridades de su agenda, según ha dejado claro en varias intervenciones, pero el problema no parece que vaya a desaparecer.
Incluso Díaz-Canel reconoció que la ineficacia de entidades estatales era una de las causas del “desvío de combustible”.
Aclaró además que “el combustible del Estado” se revende a choferes privados en una “visita de control” a Sancti Spíritus (centro de Cuba) a inicios de este año.
"El país gasta anualmente más de 3.000 millones de dólares en la compra de combustible y es inadmisible que se lo roben", dijo en ese momento.
Cuba solo produce el 40% del combustible que consume y acumula una deuda extensa en este terreno.
Los ciudadanos del país sufren día a día la escasez de combustible que se ve reflejada en el precario transporte público, aún más cuando se trata de moverse de una provincia a otra.
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