No me canso de hablar con Ronaldo Veitía, artífice de los triunfos del judo (f) cubano. A sus 72 años, retirado del equipo nacional, el Buda no detiene su andar.
Por estos días, he sido testigo de su inagotable fuente de destreza, inspiración, dedicación, profesionalismo, al compartir con él el tope que sus alumnos del proyecto Primavera y los niños de 13-14 años de la EIDE Mártires de Barbados sostuvieron con el equipo del club sueco Sundsvall.
Aquello parecía una confrontación olímpica o mundial, tal era el entusiasmo que emanaba del popular gimnasio Antonio Maceo de la localidad Santa María del Rosario, ubicada en la periferia de La Habana.
Después de una extensa jornada de casi dos horas, los cubanitos se impusieron a los nórdicos 18 combates por 11.
“Aquí llevo dos años tratando de desarrollar el judo en mi terruño chiquito. El proyecto Primavera avanza a pasos agigantados.
“En estos momentos les doy clases a cien atletas desde los seis años hasta adultos, hembras y varones, que pertenecen a una comunidad de paso (albergados) y los resultados son halagüeños.
“Ya ves qué lindos están nuestros tatamis que han sido donados por Sr. Marius Vicert, presidente de la FIJ, Federación Internacional de Judo, quien además nos hizo llegar alrededor de cien kimonos, cronómetros y cuerdas y ligas para el entrenamiento, todo de primer nivel”.
Es cierto, llegas al gimnasio, y además del inmenso calor de la mañana capitalina, puedes observar la belleza del entorno, y lo bien cuidado que están los tatamis así como la disciplina que allí imperan.
¿Qué te proporciona el tope?
“Este tope me da una muestra del avance; cómo están los muchachos. Me agrada ver el apoyo de la gente, si funciona el proyecto comunitario…¡y claro que funciona!”
El orgullo se retrata en el rostro del General de sus Guerreras (y ahora guerreros también) quien recientemente ha sido distinguido por la Universidad de Matanzas con el título de Dr. Honoris Causa en Ciencias de la Cultura Física y en 2018 fue exaltado al Hall de la Fama del judo universal en ceremonia celebrada en Azerbaiyán.
¿Quiénes te asisten en los entrenamientos?
“Mi hijo, René Valdés, y el profesor Andrés Martínez.”
¿Compiten?
“Sí, una reciente fue aquí en el municipio de San Miguel, donde se realizó la competencia Meñique a la que asistieron 18 equipos del país y nos impusimos en la categoría 7-8 años con cinco medallas de oro.
“Hasta ahora, de nuestro gimnasio han pasado a formar matrícula de la EIDE capitalina y la de Artemisa, seis niños, tres en cada sexo.
“Con nosotros está Danilo García, bronce en el Nacional de mayores, en los 66 kilos, y como vez ha salido muy bien en la confrontación de hoy.
“En las justas juveniles de 9-10, 11-12, 13-14, 15-16, juvenil y primera categoría han estado presentes estudiantes del Proyecto Primavera, y entre los quince municipios de La Habana, incluyendo el Cotorro, al que nosotros pertenecemos, quedamos entre los tres primeros lugares en todas las categorías. “
¿Te llaman la atención para llegar a planos cimeros algunas figuras?
“Kendry González, un 15-16 en más de 100 kilos, que aún es muy niño, pero si toma confianza puede llegar lejos; y Daniela Hermida, 13-14, en 48. Hay otros, ya mayores que están bien como Danilo y Nivaldo Benítez.”
Tuve oportunidad de conversar con el entrenador principal del club sueco, Wolfgang Biedron, quien lleva al frente de sus judocas desde hace 31 años.
Ocupó como atleta el séptimo peldaño en los Olímpicos de Moscú y asegura que el judo es parte intrínseca de su vida.
“Estar aquí con los muchachos de Veitía es un honor”.
A lo que añaden Håkan Karlsson y Stefan Kovács, quienes encabezan la delegación visitante, que ya han iniciado conversaciones con Cuba Deportes para estrechar lazos deportivos entre ambos países.
“Ustedes tienen muy buen boxeo, lucha, atletismo; tenemos mucho interés en el béisbol. Nosotros fútbol, balonmano y algunas disciplinas atléticas. Así que pensamos establecer un buen convenio.”
La confrontación consta de varios topes, así que los pondré al tanto de los mismos y divulgaré otras opiniones de algunos de los participantes.
Mientras tanto, el Buda cubano observa con detenimiento a sus pupilos como si en ello le fuera la vida, igual que cuando guiaba a sus temibles Guerreras en Juegos Olímpicos y Campeonatos Mundiales.
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