El gobierno de Estados Unidos rechazó nuevamente la solicitud de residencia permanente al conocido activista cubano Ramón Saúl Sánchez, quien permanece en un limbo legal durante décadas y podría enfrentarse a un inminente proceso de deportación.
La negativa de legalización en territorio estadounidense a Sánchez, líder del Movimiento Democracia y figura de larga trayectoria en el exilio de Miami, le fue entregada por el Servicio de Inmigración y Aduanas de Estados Unidos (USCIS) la pasada semana.
“Con tristeza les comunico que el gobierno de Estados Unidos me acaba de denegar la residencia con un documento de 17 páginas de justificaciones. Agradezco los 52 años vividos en esta tierra generosa que he llegado a amar como a mi otra patria. Continuaré mi lucha por Cuba libre”, escribió Sánchez en Twitter este lunes.
Sánchez declaró a CiberCuba que la decisión gubernamental le informa que queda automáticamente sin estatus migratorio en el país y puede quedar sin documentación para trabajar e identificarse en un plazo de 30 días.
"Tenemos que actuar inmediatamente", dijo el activista, que está representado por el abogado de inmigración Willy Allen.
La decisión de las autoridades migratorias indica también que Sánchez agotó los procedimientos legales ante USCIS y solo podrá someter un recurso de reclamación si considera que se ha cometido un error en su caso.
"En realidad, el documento está plagado de errores técnicos y el abogado Allen tiene una estrategia trazada para responder a USCIS en los próximos días", dijo Sánchez, que trabaja como jefe de mantenimiento de edificios de bajos ingresos en Miami.
El abogado Allen manifestó a CiberCuba que está "altamente decepcionado con la decisión de USCIS", pues la decisión fue hecha a partir de "testimonios falsos e información sin base" para involucrar a Sánchez en eventos que nunca ocurrieron.
"Vamos a buscar justicia para Ramón Saúl Sánchez", dijo Allen. "Llevaremos el caso ante un juez de inmigración que no va a aceptar información falsa y reportes infundados para devaluar la petición de mi cliente".
El abogado declinó ofrecer detalles sobre los elementos que considera falsos e inconsistentes en el documento de USCIS, y afirmó que Sánchez no va a ser deportado a Cuba.
"Ramón Saúl no va a recibir una orden final de deportación, porque vamos a demostrar que se ha cometido una injusticia", aseveró Allen.
En 2016, Sánchez recibió una primera negativa de su petición de residencia legal en EE.UU, la que había solicitado desde el 2002. En esa ocasión el USCIS emitió un documento que le sugería una salida del país tan pronto como fuera posible.
La decisión anterior fue apelada por Sánchez, quien ahora recibe otro portazo del país donde ha residido casi toda su vida.
La negativa de las autoridades de inmigración se fundamenta en el activismo político de Sánchez desde los años 70. El documento menciona que el solicitante realizó "acciones de confrontación" contra Estados Unidos.
"La única confrontación que he mantenido durante mi vida es contra el régimen dictatorial que oprime a mi patria", manifestó Sánchez. "Y seguiré dando todo mis esfuerzos por ver una Cuba libre".
Entre las alegaciones del gobierno estadounidense contra Sánchez están las numerosas flotillas realizadas en las cercanías de las aguas jurisdiccionales de Cuba en reclamo de democracia y respeto por los derechos humanos de sus compatriotas, así como sus huelgas de hambre en protesta por decisiones de las autoridades federales respecto a los inmigrantes cubanos.
Sánchez emigró con su hermano menor a Estados Unidos en 1967, cuando tenía 12 años. Su padre los envió para evadir el reclutamiento de ambos en el Servicio Militar Obligatorio en la isla.
Al entrar al país le entregaron un parole como refugiado. Sánchez nunca regularizó su estatus migratorio bajo la Ley de Ajuste Cubano, como muchos cubanos del exilio histórico que soñaban con un pronto regreso a su patria.
Su oposición a Fidel Castro lo llevó a vincularse con grupos partidarios de la lucha armada contra el régimen. Entre 1982 y 1986 cumplió prisión por negarse a declarar ante un gran jurado en un caso sobre la organización Omega 7, relacionada con preparativos de expediciones armadas y atentados dentro de Estados Unidos.
Tras cumplir su encarcelamiento, el parole le fue revocado. "Mi único delito fue permanecer en silencio", recordó Sánchez, que se convirtió en un luchador pacífico, inspirado en los ideales de desobediencia civil no violenta de Mahatma Gandhi.
Sánchez calificó de preocupante que otros cubanos exiliados en situación migratoria similar a la suya estén recibiendo cartas de USCIS con advertencias sobre su conducta.
"Quieren neutralizarnos", expresó Sánchez. "En las dependencias federales ha quedado un remanente muy fuerte de la administración Obama para normalizar las relaciones bilaterales por vía del colaboracionismo".
Estados Unidos y Cuba han establecido un acuerdo para la devolución de nacionales cubanos con orden deportación, pero las repatriaciones son consideradas "caso por caso" por las autoridades de la isla.
En apenas dos años y medio de su mandato, el presidente Trump ha enviado de vuelta a 1 011 cubanos, un número muy superior al total de 757 deportados desde 2000 por sus predecesores George W. Bush (416) y Barack Obama (341).
Actualmente más de 37 mil cubanos tienen orden final de deportación. Un total de 479 permanecen detenidos en cárceles de Estados Unidos para ser enviados a Cuba, de ellos 198 criminales convictos.
"Acepto las consecuencias que pueda tener la lucha por mi patria", afirmó Sánchez sobre la posibilidad de una deportación.
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