Rusia se está convirtiendo en uno de los pilares fundamentales del desarrollo económico cubano, con inversiones de cientos de millones de dólares en el sector energético, de transporte y en la producción de petróleo, aseguró al portal web Sputnik News Santiago Pérez Benítez, subdirector del Centro cubano de Investigaciones de Política Internacional.
Según el funcionario, el próximo encuentro del gobernante cubano Miguel Díaz-Canel con su homólogo ruso Vladímir Putin, previsto para el 29 de octubre, es una prueba de que la Isla no está sola frente a la hostilidad de Estados Unidos.
Pérez Benítez recalcó la necesidad de contar con el apoyo de Rusia, un “polo de poder mundial”, y subrayó que las relaciones estratégicas entre ambos países indican “la solidez y amplitud de los nexos, también garantiza una visión a mediano y largo plazo, y no están sujetas a relaciones coyunturales”.
“Otro detalle muy importante y con gran perspectiva es la industria transformadora cubana, que fue construida en su mayoría con tecnología de la antigua Unión Soviética, (transporte, metalurgia, textil, las operaciones en los puertos) por lo que hay que modernizarla sobre la base de intereses mutuos y beneficiosos para la Isla”, añadió.
La reunión de Díaz-Canel con Putin dará continuidad a las conversaciones que inició el primer ministro ruso, Dmitri Medvédev, durante su viaje a Cuba a comienzos de octubre.
El asesor del Kremlin, Yuri Ushakov, dijo recientemente a Sputnik News que "habrá negociaciones" entre ambos, aunque no especificó qué temas se abordarán.
Tras su viaje a La Habana en octubre, Medvédev declaró que su gobierno ayudará a su homólogo cubano a recibir petróleo y sus derivados.
El funcionario precisó que ninguna ayuda sería gratuita. En ese sentido, recalcó que la Isla paga su deuda a Rusia, la cual asciende a cerca de 3.000 millones de dólares.
Por otra parte el jefe adjunto de la administración del gobierno ruso, Serguéi Prijodko, dijo que su país está dispuesto a ser socio estratégico de Cuba si esta decide desarrollar su propia industria de energía atómica.
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