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Una nueva sala de películas 3D fue abierta donde antes se ubicaba el cine “Avellaneda” en el municipio de Consolación del Sur, en Pinar del Río, según informó el lunes el diario oficialista Guerrillero.
Juliana Pérez Villavicencio, la directora del proyecto, dice que este espacio responde a una solicitud de hace más de cinco años realizada al Ministerio de Cultura
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En concreto se propuso la reutilización de la antigua infraestructura para transformarla en la pequeña sala que es hoy. La obra se terminó de remodelar hace dos años, pero “debido a problemas de presupuesto y coyunturas económicas de mayor prioridad, la tecnología nunca llegó”.
Villavicencio dijo que el Instituto Cubano del Arte e Industria Cinematográficos (ICAIC) aseguró la entrada a la Isla de 25 equipamientos 3D, dando luego respuesta a viejos reclamos y aprovechando la popularidad que había alcanzado el formato antes de su prohibición en salas privadas, lo cual desató inconformidades en el sector cuentapropistas.
En teoría, la intervención por aquel entonces de las autoridades culturales tenía como objetivo la atención de los contenidos que se consumían, a veces sin filtro, en estos espacios que no eran antendidos por el Estado.
Pese a todo, la directora admitió que la población se acercaba a pedir “otro corte de películas”, proponiendo incluso filmes almacenados en sus computadoras, a lo cual comentó que la computadora existente en la sala solo aceptaba “materiales provenientes del ICAIC”.
“No existe forma de introducir cinemáticas a la computadora. Solo ellos pueden acceder”, aseguró tras resaltar que aun así las entradas para las 40 butacas disponibles se agotan en apenas unos minutos y las filas para entrar duran horas. La sala no ha renunciado a la proyección de materiales 2D, que rápidamente decayeron frente a la competencia de las películas estereoscópicas.
Pero el propio ICAIC dijo, de acuerdo con el medio oficialista, que contaba con “un banco limitado de audiovisuales”, y que nada más alcanzarían a proveer “dos nuevos materiales cada cierto tiempo”. Por otro lado, los dos equipos de climatización instalados en la sala son de tecnología obsoleta y gran consumo de energía.
Pérez Villavicencio informó que los mismos venían con un promedio de vida útil de 12 años, sin embargo, dadas las exigencias actuales de ambientación es difícil que cumplan esos pronósticos.
“Solo ponemos una tanda diaria de martes a domingo, y aunque quisiéramos ampliar los espacios sería imposible, porque estaríamos sobrecargando los equipos, además de que la energía que se nos asigna para esta actividad es insuficiente”, comentó al respecto.
Desde el pasado 27 de agosto, el espacio ha recaudado 5000 pesos cubanos, lo cual, a juicio de la mencionada fuente; augura "buenos dividendos".
En 2016, el municipio especial Isla de la Juventud abrió al público un “cine 3D” con capacidad para 40 personas y solo 18 gafas de visión estereoscópica.
A principios del pasado año la sala principal del cine Chaplin, ubicado en la calle 23 del Vedado, una de las principales vías de La Habana, anunció que empezaría a proyectar filmes en ese formato por un costo de cinco o 10 pesos cubanos.
Cuba en las últimas décadas ha mostrado un notable deterioro de los cines en contraste con el panorama que ofrecía antes de la Revolución. Una investigación destacó que, para esa época, existían unas 600 salas de cine en el país y unas 147 en La Habana, lo cual superaba las cifras que presentaban las ciudades París y Nueva York juntas.
Hace unos años las autoridades culturales del régimen de la Isla decidieron prohibir, con el fin de regular los contenidos, la proyección de filmes 3D en espacios privados, que operaban por un resquicio legal bajo las licencias cuentapropistas que amplió en 2010 el exmandatario Raúl Castro.
Las salas privadas se caracterizaban por un mayor confort, ambientación y ofertas, tanto gastronómicas como audiovisuales.
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