Carta abierta de la hija y la hermana de José Daniel Ferrer a Miguel Díaz-Canel y Raúl Castro

"Nuestro padre y hermano está detenido, incomunicado y desparecido desde hace más de un mes por pensar así, por entregarse a hacerle ver al mundo, y también a ustedes que se equivocan".

Ana Belkis Ferrer García, Raúl Castro y Miguel Díaz-Canel © Prisoners Defenders y Radio Granma
Ana Belkis Ferrer García, Raúl Castro y Miguel Díaz-Canel Foto © Prisoners Defenders y Radio Granma

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Este artículo es de hace 5 años

Martha Beatríz Ferrer Cantillo y Ana Belkis Ferrer García, hermana e hija de José Daniel Ferrer, enviaron una carta a Miguel Díaz-Canel y Raúl Castro exigiendo la "liberación inmediata" del líder de la Unión Patriótica de Cuba (UNPACU) y los demás presos políticos del régimen.

Ferrer, encarcelado desde el pasado 1 de octubre, envió un mensaje donde dice que su vida "corre peligro", ya que se encuentra en huelga de hambre y sed.


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A continuación, reproducimos íntegramente la carta de los familiares del líder opositor:

Les escriben Martha Beatriz Ferrer Cantillo y Ana Belkis Ferrer García, hija y hermana de José Daniel Ferrer García.

Sabemos que ustedes también tienen familias, esposa, hijos y hermanos. Imaginamos conocen las emociones que evocan los seres queridos, por muy distintos que sean o piensen respecto a nosotras, esas emociones trascienden al poder, la política, o hasta incluso la moral.

Jose Daniel es alguien muy especial, ustedes no lo conocen personalmente. No han tenido la suerte o no han querido departir con él, pero conocen sus sueños, sus ideas, sus bondades, y por eso le temen y desprecian.

Nuestro padre y hermano dedica su vida a que el mundo sea más justo, más humano, sin embargo le llaman “mercenario”, por su lucha incansable en defensa de los Derechos Humanos, por su valor, por su ardua labor y entrega, por haber creado la UNPACU, la mayor organización disidente jamás creada en la isla de Cuba, sabiendo que la mayoría de los fondos, muy modestos que consigue reunir de personas que lo ganamos con el sudor de nuestras frentes (nosotras dos formamos parte de los “peligrosos” donantes de fondos) para trabajar por los derechos humanos, los dedica a dar de comer asiduamente a decenas de personas sin recursos, a movilizar a propios y extraños para ayudar en los problemas diarios de otros. Su acción como activista es integral. No puede hacerla si no se ocupa de los que sufren a su alrededor. El activismo que él ejerce nace precisamente de la necesidad de ayudar al prójimo. De ver y no querer aceptar la miseria, la desidia, la mentira y el abandono que nos rodea en Cuba y sobre ellos, la opresión, la vileza, la corrupción y maldad.

Si su gobierno no le robara los juguetes de Reyes Magos que consigue para las Navidades de muchas familias, las cuales no tienen nada para dar a sus hijos por dichas fiestas, estaría centrado muchas horas en diciembre sólo con ese proyecto.

Si sus policías no asaltaran y robaran la comida que él consigue para el comedor social, la labor de comedor social le entrañaría muchas más horas al día, y no recuperarse de sus palizas, detenciones, asaltos y robos. De la misma manera le llevaría mucho de su tiempo, si no se lo impidieran cada vez que pueden, su proyecto de lavandería comunal, o de limpieza y saneamiento de calles, o de realización de gestiones administrativas para terceros, o de voz y denuncia de los desfavorecidos, de las condiciones de esclavitud de los reclusos con trabajos forzados, o de servicio médico gratuito para la comunidad, entre otros muchos proyectos sociales de los que estaría encantado le dejaran realizar en paz.

Si sus cuerpos de las fuerzas de seguridad del Estado no actuaran en contra de todo aquel que piensa distinto, nuestro padre y hermano no tendría que dedicar miles de horas a defender y denunciar tantos horribles casos de injusticia y vileza social.

Nuestro padre y hermano lucha y trabaja para ello. No le queda más remedio. No supo nacer para ser indiferente al dolor ajeno, sino para paliarlo.

Ustedes están asentados sobre un sistema que no deja que las ideas de otros se valoren y puedan captar adhesiones, ganar espacio y dejar que el pueblo decida su camino. Bajo ustedes tienen hordas de personas adiestradas para hacer el mal, y así las elijen, viles y débiles de moral. Cuanto más crueles y perversos son, más suben en la cadena de mando. Las atrocidades que se cometen y los damnificados emocionales, físicos o mentales, y el dolor que estas atrocidades dejan a su paso entre millones de cubanos es un espectáculo dantesco. Han creado ustedes un nuevo hombre, el cubano mutilado, cercenado de su más preciado don, la ilusión ante el cambio, el progreso y la libertad personal y colectiva. José Daniel sabe y ustedes también, que con ese “nuevo hombre” el país jamás podrá ser próspero.

Ustedes y su sistema, son por ello, quienes obligan a nuestro padre y hermano a denunciarles cada día, a luchar contra su forma de imponer lo que todo un pueblo no puede resistir más. Nuestro padre y hermano, y todos los cubanos, quieren libertad, prosperidad, que las mejores ideas vean la luz, que los emprendedores emprendan, que los artistas denuncien, canten las bellezas, y también las miserias, que las familias se reúnan todas juntas por Navidad, que no haya discriminación racial, social, por motivos de sexo, religión o de otra índole. Que se hable alto, sin miedo, ya sea de fútbol, de música, de política o de ideales. Que se opine diferente, que no se tenga miedo de escuchar cualquier idea, que los políticos opinen, discutan, promulguen diferentes soluciones, y que sea el pueblo el que, escuchando libremente a todos por igual en los medios de comunicación de todos, diferentes, diversos, elija su destino por diferente que pueda ser.

En muchos países del mundo se vive así, la gente no tiene miedo, no viven con un nudo en el pecho cada día. Progresan, sus ciudadanos prosperan, sus nuevas generaciones tienen ilusión, y ninguno quiere escapar de esos países. Ocurre al revés, y todos los ciudadanos de países como el nuestro, donde aspiran a llegar es al de ellos. Y cuando los nuestros llegan allá y pasa el tiempo, se dan cuenta de dónde vivieron, y miran atrás y ven el atraso, la falta de libertades, la represión, la autocensura en la que uno cae dentro de la isla, el miedo individual y colectivo, les entran ganas de llorar por cómo se vive y cómo ellos vivían en Cuba. La misma pena que nuestro padre y hermano siente y siempre ha sentido sin necesidad de salir a ver lo que afuera se vive. Nuestro padre y hermano fue condenado a una pena de 25 años de cárcel en 2003, en un proceso político vergonzoso donde se le pidió la pena de muerte por “subversivo”, por recabar gran parte de las 11.000 firmas del Proyecto Varela, que Amnistía Internacional no dudó en denunciar, así como la Unión Europea, o el propio Papa Juan Pablo II, y por el que le nombró Prisionero de Conciencia.

No hay prosperidad sin libertad. Nuestro padre y hermano lo sabe. Y ustedes también lo saben. Hace tiempo que lo saben, pero han demostrado que no tienen otra manera, tienen que someter, esclavizar, y acallar a quienes promulgan el cambio porque de otra manera, el sistema se demuestra fallido y es al que hay que cambiar, pero eso les da miedo.

El poder debe servir por cuanto sirva al desarrollo de las ideas, y no las ideas por cuanto sirvan al desarrollo del poder. De la diversidad nace la fuerza de la evolución, de la homogeneidad y el pensamiento único, el retroceso. Se da en la genética, se da en los ecosistemas, y ocurre también en los pueblos y naciones. Es un orden natural. Nadie puede cambiar eso. De la diversidad nace la grandeza, la sorpresiva belleza, la capacidad de crear, lo más productivo y de las cosas más hermosas que tiene el ser humano.

Nuestro padre y hermano está detenido, incomunicado y desparecido desde hace más de un mes por pensar así, por entregarse a hacerle ver al mundo, y también a ustedes que se equivocan. ¿De verdad tienen miedo de un ser humano así?

Nuestro padre y hermano lleva detenido 37 días. Su sistema es tan débil que tienen que traicionarse a sí mismos para poder sobrevivir. Y quien se traiciona a sí mismo, no es nada.

Miren:

Al séptimo día de detención la ley cubana exige que familiares, defensa e interesados tengan un Auto de Acusación de la Fiscalía (arts. 245, 246 y 247 de su Ley de Procedimiento Penal). Es inexcusable. Nadie nos lo ha proporcionado.

Desde el comienzo debe haber visitas familiares. No le hemos visto ni sabido de su paradero desde el día 4 de octubre.

El Habeas Corpus que presentó su mujer el día 17 de octubre tiene sólo dos respuestas posibles: o la libertad, o la clarificación de la causa. Y ninguna de ellas tenemos tras el Habeas Corpus presentado. El Tribunal Provincial de Santiago de Cuba nos ha respondido negando ambas cuestiones.

Sin embargo, su Ministerio de Educación sacó un twitt vergonzoso hablando de una supuesta farsa, que tuvo que eliminar tiempo después al caer en la cuenta de que, si el poder judicial no le da información a la familia, ¿cómo es que el poder ejecutivo tiene una supuesta causa en sus manos y la expone al público insultando al encausado?

Naciones Unidas les ha exigido que están incumpliendo todos los protocolos que han firmado y ratificado respecto a las desapariciones forzosas. Igualmente han traicionado dicho Convenio, dicha palabra que fue empeñada de Cuba ante el mundo.

Ya traicionan a su sistema secuestrando a José Daniel, nuestro padre y hermano, detenido más de 100 veces sin cargos en los 8 años que lleva fuera de prisión (más de una vez al mes de media) así como a otros cientos de activistas de UNPACU. O intentando crearle falsas causas penales como la del verano de 2018, en la que intentaron fabricar otro teatro que se demostró falso, y que jamás tuvieron la desvergüenza de traer a colación de nuevo. Entonces también le incomunicaron por más de 12 días. Y antes, muchas otras veces han hecho lo mismo.

En el teatro actual la mujer del presunto damnificado, Sergio García González, llamada Maribel Cabreja Leiva, declaró ante el mundo en una grabación que está subida a Internet desde el día 4 de octubre que su marido había tenido un accidente de motocicleta, que fue al hospital un día después con dolores, y que allí le visitó la Seguridad del Estado para amenazarle de que tenía que indicar que el causante de las lesiones debía ser José Daniel Ferrer. Su teatro está acabado desde que empezó, y lo saben ustedes, los diplomáticos de todas las naciones en La Habana, y toda la prensa seria internacional.

¿Qué más están dispuestos a traicionar de las propias reglas de su sistema obsoleto para acallar a nuestro padre y hermano? Eso desmorona más su propio sistema que lo que una sola persona pueda decir o pensar libremente, porque son ustedes mismos los que atacan su propio sistema, lo traicionan, y lo están haciendo desmoronarse ante el mundo, bien atento, observando la vergüenza, e indignando cada día a más personas, de dentro y de fuera.

Lo último que hemos conocido de nuestro padre y hermano es un manuscrito, el cual estamos seguras fue redactado y firmado por Jose Daniel, aun así contratamos un experto pericial grafólogo, que asegura y avala, sin duda alguna, es de su puño y letra. Y dice así:

“En huelga de hambre y sed. Me han hecho de todo. Mil torturas y violencia. Me han arrastrado y encadenado pies y manos me han puesto al sol 15 días en calzoncillos en una celda llena de mosquitos y fría en la madrugada. Riesgo de neumonía. Mi vida corre grave peligro.”

Sabemos que ustedes hacen todo lo anteriormente expuesto y mucho más. Raul Castro y su difunto hermano Fidel llegaron al poder robando, asaltando, fusilando, ahorcando, y han permanecido en él empleando todo mecanismo de terror, torturas y violencia y hasta asesinando, como hicieron con Orlando Zapata, Wilman Villar, Oswaldo Paya, Harol Cepero, Laura Pollán, entre otros hermanos de ideas. Se están autocalificando ante el mundo, y así Jose Daniel gana la batalla. El no vino al mundo para vivir bien, sino para dejar que la verdad se haga camino. Y cada día que pasa se hace más camino esa verdad.

Responsabilizamos a cada uno de ustedes por lo que está pasando, a cada medio de comunicación que calla, a cada juez que guarda silencio, a cada fiscal que no se rebela, a cada policía que hace ocultar y oprime, a cada funcionario que ve, contribuye y omite… Cada uno de ustedes que tiene familia, que son seres humanos, que dicen defender un sistema, una ideología, y la hacen desmoronarse con cada uno de sus actos, que en el camino la destruyen desde sus inicios, cometiendo las mayores atrocidades que se pueden cometer contra sus semejantes. Y por encima de todos ellos, a quienes, como ustedes, son los artífices de su propia traición, los criminales que, contra un ser indefenso cuyo único arma es el pensamiento, movilizan, desmontan y desnudan todo un teatro de sistema para acallarlo, justificando así con sus actos el activismo por los derechos humanos de nuestro padre y hermano, y dando luz a que su obra cada día tenga más sentido.

Les responsabilizamos también, de idéntica manera y con la misma fuerza, por los casos de los detenidos y desaparecidos junto con nuestro padre y hermano: Roilán Zárraga Ferrer, José Pupo Chaveco (un señor desamparado y enfermo, sin familia ni hogar, y a quien UNPACU brinda amparo y compañía), y Fernando González Vaillant, quienes han sido amparados tajantemente por las Naciones Unidas, al igual que José Daniel. También con respecto a los más de 129 presos políticos y de conciencia presentes en las cárceles de Cuba.

Exigimos la liberación inmediata de nuestro padre y hermano y activistas de UNPACU. Exigimos que, ante la vergüenza del mundo, se atrevan a poner de manifiesto qué es de ellos. ¿Dónde los tienen? ¿en qué condiciones? Y, ¿bajo qué acusaciones falsas y ridículas?

También les exhortamos a que reaccionen e inicien un dialogo con la verdadera sociedad civil independiente, aquella que ilegalizan y oprimen por sus ideas, diferentes a las suyas, y transiten el camino hacia una transición, que es lo único que puede salvar a Cuba y a los cubanos de más años de deshonor, vergüenza, dolor, miseria, detenciones, prisión de conciencia, esclavitud laboral, separación familiar y un sinfín de calamidades.

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