Fragmentos del meteorito que impactó en Viñales en febrero de 2019 se exhiben en museo pinareño

Cuba y Rusia trabajan para crear un observatorio conjunto equipado con instrumentos telescópicos que permitan el estudio en profundidad de estos fenómenos.


Este artículo es de hace 5 años

Varios fragmentos del meteorito que impactó el pasado 1ro de febrero en Viñales, en la provincia de Pinar del Río, se exhiben desde este miércoles de forma permanente en el Museo de Historia Natural Tranquilino Sandalio de Noda y en el propio Parque Nacional de Viñales.

Dmitry Valerevich Bisikalo, director del Instituto de Astronomía de la Academia de Ciencias de Rusia, informó al diario Juventud Rebelde que se trabaja para crear un observatorio ruso-cubano equipado con instrumentos telescópicos de alrededor de un metro, que posibilite el estudio en profundidad de estos fenómenos.


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“Una de las ventajas del observatorio será hacer un seguimiento de estos objetos y, a partir de ahí, un sistema de alerta a la población sobre sus posibles peligros. Esta es una tarea muy importante en el mundo. Hoy son muchas las personas que se dedican a ese estudio, y un ejemplo claro de su actualidad, es precisamente la caída de este meteorito en Viñales”, dijo.

A la inauguración de la muestra asistió Elba Rosa Pérez Montoya, ministra de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente, quien validó la trascendencia de la observación de los fragmentos celestes como instrumento para la educación ambiental y para dar seguimiento a investigaciones que han hecho estudiosos sobre el tema.

“Sería importante no solamente ver la muestra, sino procurar que pasen por aquí los alumnos de las diferentes escuelas; además, este constituirá, sin dudas, un atractivo para el museo y el parque”, añadió.

Las de Pinar del Río no son las únicas muestras que exhiben pedazos del meteorito cubano. En abril se anunció que otras partes se exhibirán en el Museo de Historia Natural de Viena, como parte de una colección de alrededor de 1100 rocas de esta tipología que alberga la institución investigativa de Austria.

Días después de ocurrido el fenómeno, expertos del Instituto de Geofísica y Astronomía de Cuba identificaron cristales metálicos, presumiblemente de hierro y níquel, en los fragmentos encontrados.

Tras analizar unas 100 muestras, los científicos alertaron que podrían causar daños a la salud, debido a la presencia de pequeños niveles de isotopos radiactivos de potasio 40. Asimismo, detectaron otros elementos como el silicio, hierro y azufre, en 22; 22,3 y 16,48 por ciento respectivamente.

La roca se desintegró en fracciones de diferentes tamaños que se esparcieron entre las zonas de Dos Hermanas, la finca El Palmarito, Los Jazmines, El Cuajaní y las cercanías de Viñales. El pedazo más, grande, hallado en la zona norte de la ensenada de Dos Hermanas, pesaba un kilogramo, medía 10,8 centímetros en su eje mayor y tenía un volumen calculado de 746,5 centímetros. Al caer originó un pequeño cráter de unos 11 centímetros de diámetro y entre 15 a 20 de profundidad.

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