La vida transcurre agitadamente en el Centro Comercial de 5ta y 42 del municipio de Playa, al Oeste de La Habana. No son las 9:30 de la mañana (que es cuando el establecimiento abre al público), y ya se amontonan unas 200 personas en la entrada. Se nota la ansiedad de casi todos, pero casi nadie habla. La escena parece sacada de una película de suspense.
No importa que el espacio, uno de los más grandes de su tipo en la capital, no esté especialmente abastecido. Llegan compradores de cada rincón de la ciudad, guardan con prisa sus bolsos y se disponen a comprar algo, “aunque sea una bobería”, para recibir el cambio en pesos cubanos (CUP).
A pesar de que la red de comercio minorista de la isla sigue operando en pesos convertibles (CUC), la instalación administrada por la Cadena Tiendas Caribe es una de las dos seleccionadas en la capital para, a modo de experimento, dar el vuelto exclusivamente en moneda nacional.
-Queremos ser testigos de la nueva obra de los sesudos que dirigen la economía cubana, que no inventan nada que no nos complique más la existencia, sino que hacen esquemas cuadraditos, para que uno no se salga de la línea- dice un señor de unos 60 años.
Lo cierto es que la situación es inédita. Así lo confirma una dependiente al expresarle a otro cliente: “Esto también es nuevo para nosotros. Tenemos aún que cogerle la vuelta”. En tanto, la cola se abulta a su alrededor porque el mecanismo de cobro es más lento que de costumbre.
En el costado de cada caja registradora hay pegatinas que ponen: “Estimado cliente: En esta unidad usted recibirá su vuelto solo en CUP” o “En esta unidad usted puede comprar con una tarjeta en CUP al cambio de Cadeca (Casa de Cambio)”. De esa forma, al cliente le queda claro que, tanto si paga con CUC como con CUP, 1CUC equivaldrá a 25CUP.
Justo antes de pasar por la caja a pagar un paquete de pollo y una botella de sidra, Inés reconoce que hay que tener las cuentas claras a la hora de recibir el cambio. “En pequeñeces es menos difícil que uno pierda, pero si pagas con un billete grande porque hiciste una compra significativa, te arriesgas a que te devuelvan mal y te ‘tumben’ dinero”, añade.
A media mañana se hace notar un guardia de seguridad que, con un largo tabaco en la mano, les indica a aquellos que se dirigen a cambiar dinero que “no hay moneda nacional disponible en la Cadeca”.
Es fácil leer entre líneas el panorama: “Al CUC le queda poco tiempo de vida y hay que ir sacándolo de circulación”. Mientras el Banco Central de Cuba da pasos -todavía lentos-, hacia la reunificación monetaria, crecen los rumores de que en enero próximo la dualidad podría llegar a su fin.
Si bien las quejas de la población se acumulan desde que en 2014 comenzara el proceso de aceptación de CUP en las operaciones comerciales en CUC, el ordenamiento monetario es más imperativo porque los cubanos parecen pedirlo a gritos.
“Está claro que al CUC le queda un suspiro. Cada vez es más evidente que se va del aire”, argumenta Omar, sentado en una cafetería que, amén de pertenecer al Centro Comercial de 5ta y 42, todavía no entra en el experimento de entregar el vuelto en CUP.
El joven cuentapropista agrega que “es absurdo que haya que cambiar las monedas extranjeras primero a CUC y luego a CUP. El doble cambio hace que uno se arruine más rápido. No deberían darle tanta larga al asunto. Lo que hace falta es que sea algo rápido, que se elimine lo más pronto posible”.
Aunque la unificación monetaria se extenderá paulatinamente a todo el país, al principio, por una cuestión sobre todo psicológica, habrá personas que se resistan al proceso. Impactará en sus mentes el hecho de que, lo que uno compra hoy con 8CUC, por ejemplo, en un futuro cercano costará 200CUP.
Al médico José Carlos, de 41 años, le parece que el CUC no sirve de nada ya: “Lo utilizamos mientras nos hizo falta y punto. Ahora hay que ir recogiéndolo poco a poco”.
“Seguramente el próximo paso será que los salarios sean preferentemente en CUP, pero sin prohibir el CUC. Tendrían también que poner a funcionar unidades donde solo se vendan productos en CUP”, destaca el doctor que ha llegado desde el municipio de Marianao hasta el de Playa en busca de culeros desechables para su hija pequeña.
Con el ensayo que están haciendo para devolver en moneda nacional, apunta el taxista Mauro, ingeniero retirado, por lo menos “nos evitan el reguero de menudo en CUC que teníamos a veces y que no sabíamos en qué utilizar. El gobierno debería pensar mejor sus ideas antes de volvernos locos. No tiene por qué ser todo tan improvisado.
“Hay personas poniendo demasiada fe en que la eliminación del CUC permitirá un mejor poder adquisitivo de la población. He oído que subirán el salario medio como a 2.000CUP, pero también elevarán los precios en las tiendas.
“Amén de que el que sobrevivirá será el CUP, que por lo menos se quede el diseño del CUC. El proceso de devolverle valor al peso cubano pasa necesariamente por el hecho de cambiarle la imagen”, concluye el chofer que cubre la ruta de La Víbora al Vedado.
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