Cuba estima que en 2019 su tasa de mortalidad infantil será de cinco fallecidos por cada mil nacidos vivos, según adelantó el propio ministro de Salud Pública.
El ministro José Angel Portal Miranda trató de resaltar los logros del gobierno comunista en el año que casi finaliza y los medios de prensa oficialistas solo mencionan el dato de manera muy sutil, el país retrocederá en uno de los principales índices sanitarios, que forma parte de sus sistema de propaganda política.
Si hace tan solo doce meses el gobierno cubano anunciaba que, sanitariamente, el país estaba la par de naciones desarrolladas como Suiza y Reino Unido, hoy prepara a la opinión pública para que asuma el incremento de la mortalidad infantil, que sigue siendo de las más bajas de América Latina.
En contraposición, Cuba es un país que envejece con rapidez y donde se pronostica que, para el 2027, tenga ya más fallecimientos que nacimientos.
A la espera de los datos oficiales correspondientes a 2019, el Anuario Estadístico del MINSAP recoge que “ciertas afecciones originadas en el período perinatal” fueron la causa de muerte de 231 menores de un año, para una tasa de 2,0 por cada mil nacidos vivos; en ese rango de edad.
Malformaciones congénitas, deformidades y anomalías cromosómicas y otras causas, sin precisar, originaron 183 muertes infantiles antes de un año de nacidos; mientras que enfermedades como Influenza, neumonía, accidentes y meningoencefalitis bacteriana (excepto la meningocócica) fueron las causantes de 461 muertes de niños, también menores de 1 año.
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