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La Primera dama de Cuba, Lis Cuesta, presidió un banquete en La Habana, en medio de un clima de escasez alimentaria que padecen los cubanos por la "coyuntura" económica que atraviesa la isla, que ha perdido parte de su patrimonio culinario debido a la escasez crónica de alimentos e ingredientes paar cocinar.
Para la ocasión,la esposa del gobernante cubano Miguel Díaz Canel, Lis Cuesta Peraza, presidió el evento Cuba Sabe, que intenta rescatar la cultura culinaria de la isla, cuyas recetas originales han sido contaminadas por consecutivas décadas de escasez.
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A la ceremonia, celebrada en el lujoso hotel Iberostar Grand Packard, de La Habana, asistieron el presidente Miguel Díaz-Canel, y el teólogo brasileño Frei Betto –aliado del gobierno cubano- quien ofreció una conferencia magistral sobre soberanía alimentaria, sin incluir su receta de camarones con aceite de coco, que conquistó el paladar del fallecido líder cubano, Fidel Castro, principal impulsor de la cultura de la pobreza en Cuba.
La cocina cubana ha sido una de las manifestaciones más golpeadas por la crisis de las últimas décadas en Cuba, donde sus habitantes han tenido que transformar cada receta en función de los ingredientes disponibles.
Las nuevas generaciones a veces desconocen las fórmulas de los platillos más comunes, así como los secretos de los sabores originales. Las abuelas ya han superado la frustración y -para librarse de culpas a la hora de alterar alguna receta- han adoptado la frase de "a falta de pan, casabe" y tiran del último recetario de la legendaria Nitza Villapol, que empezó su carrera exigiendo que no se cocinara si faltaba alguno de los ingredientes y acabó su popular programa indicando posibles sustitutos para componentes originales del recetario cubano.
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