El presidente Donald Trump se convirtió en el primer mandatario de Estados Unidos en participar en la tradicional Marcha por la Vida que cada año se efectúa en Washington desde 1973, cuando el Tribunal Supremo aprobó el derecho al aborto.
“Es un profundo honor ser el primer presidente en asistir a la marcha por la vida. Los niños no nacidos nunca han tenido un defensor mayor en la Casa Blanca”, expresó Trump ante miles de activistas que acudieron a manifestarse desde todo el país.
Los organizadores del evento le agradecieron al líder su apoyo a la causa y “sus palabras inspiradoras”.
“¡Juntos, continuaremos construyendo una cultura de VIDA!", expresó el grupo en la red social.
El republicano nunca había manifestado su oposición al aborto antes de su campaña electoral de 2016. Ese año, un rival de su propio partido divulgó un video de 1999 en el que se veía a Trump en una entrevista, diciendo que estaba a favor de la elección de la mujer de interrumpir o no el embarazo. “Muy a favor”, recalcó.
Pero durante su campaña presidencial dijo que sus puntos de vista habían cambiado y que estaba en contra del aborto, con algunas excepciones. En estos tres años de mandato ha mantenido su postura, la cual ha sido respaldada por varias acciones.
Entre ellas está la colocación de dos jueces ultraconservadores en el Tribunal Supremo, la suspensión de la financiación federal indirecta a entidades que apoyan el aborto, y la retirada de fondos a investigaciones médicas que emplean tejidos de fetos.
Según el diario La Vanguardia, estas decisiones han influido en los votantes cristianos, y actualmente tanto católicos como protestantes constituyen un sector importante de su plataforma electoral.
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