Tuve que cortar el artículo anterior porque resultaba demasiado largo.
Siguen aquí el resto de todas las películas vistas durante este primer mes del 2020.
Espero que les aproveche.
FROZEN 2. Disney sigue la secuela del éxito inicial. Elsa continúa congelándolo todo y no será necesario cambiarla por un Haier. Canciones lindas, en la fabulosa voz de Idina Menzel, que le valió una nominación al Oscar como mejor canción, sin que el filme mismo lograra una candidatura en su género. Como ya, después del original, lo convirtieron en un musical de Broadway, tienen partituras probadas para los negocios posteriores. Y como, al parecer, seguirán con otras partes, todo el congelamiento será como un 'Winter is coming forever'. Lo que no sé, es cómo harán el día que se decidan a hacerla con seres reales. Los simpáticos personajes se enfrentan a una aventura, en un bosque desconocido, para indagar acerca de los poderes de la reina de las nieves y salvar su reino. Derroche de imaginación, en una animación perfecta.
KLAUS. Una de las animaciones nominadas al Oscar de este año. Está en Netflix. Curiosamente, española. Donde se cuenta el origen de la antigua tradición de escribirle cartas a Santa Claus. El nacimiento de las leyendas de la Navidad. Estilizada. De excelente ritmo. Buenos diálogos, en un guion ingenioso. Un pésimo cartero es enviado, como castigo de su padre, al culo del mundo - donde nadie se escribe correspondencia alguna y la gente es adicta a la confrontación, cual Montescos versus Capuletos - a atender una oficina postal, que debe arribar a la cifra de seis mil cartas. Dulce. Divertida. Derroche de ingenio y gracia. Renace al niño que inculcamos dentro. Un acto sincero de bondad, siempre provoca otro. Es parte de su emotivo mensaje.
LITTLE WOMEN o, MUJERCITAS. Una vez más la adaptación - esta vez dirigida por una mujer - de la tierna novela clásica de Louisa May Alcott. Saoirse Ronan - nominada al Oscar, ostentando el récord de ser la más joven intérprete con más nominaciones - encabeza un reparto que conforman Enma Watson, Florence Pugh, Laura Dern, Timothée Chalamet y la eternamente sorprendente Meryl Streep. Recuerdo la versión con Elizabeth Taylor, que vi de joven en el cine Jigüe. Inolvidable en su hechizo. Luego vino, entre otras menores, la versión con Wynona Ryder - ella me priva - pero, pasó sin muchas penas, ni glorias. Esta, es una traslación mucho más realista. Los continuos cambios en la historia dispersan un poco. Van para adelante y para atrás sin motivo aparente. Solamente, casi el final del metraje, todo se justifica y adquiere razón. Linda. Muy linda.
UNCUT GEMS. La historia que cuenta es un poco estrambótica. Alrededor de una gema - no sé por qué usan el plural - descubierta en Etiopía que desata toda una suerte de peripecias al protagonista, quien, a su vez, es un auténtico perdedor. Adam Sandler -acostumbrados nos tiene a sus personajes humorísticos - cambia cara y hasta dentadura, en el logro de una caracterización bien diferente dentro de su carrera. Demuestra que puede asumir, muy bien, empeños más dramáticos. El filme se pone mejor en sus últimos veinte minutos. Solo para dejarnos con la duda de saber hacia dónde se dirige. Nada me quedó como enseñanza. No me cambió la vida. Si no la hubiese visto, no me habría perdido mucho. Demasiado corre - corre, por gusto. Más ruido que nueces, en este caso. Para mí. Saque usted sus conclusiones. Aunque, igual, se pasa entretenido.
KILLER INSIDE: THE MIND OF AARON HERNÁNDEZ. También está en Netflix. Es una serie corta, de tan solo tres capítulos, sobre la mentalidad bipolar de un famoso jugador de futbol americano, que comete varios crímenes horrendos. Reconstruido con materiales de archivo y planos que recrean lo acontecido. La doble vida de un ídolo nacional. ¿Héroe, enfermo o asesino? Los detalles de un caso que conmocionó a Estados Unidos. Atrayente.
THE GOOD LIER. Helen Mirren e Ian McKellen se baten en un duelo de actuaciones. Como indica su título, todo va sobre una gran mentira. McKellen es un hábil e insigne estafador que va de una a otra canallada. Todo bien. Solo falla, el que sabemos que Helen Mirren es una actriz enorme que no está en el filme solo para darle color y gracia. Intriga y tensión que rememoran, en algo, al genio de Hitchcock. Se pasa bien, aunque solo pretenda entretener y no deja mucho a cambio. Siempre es estimulante ver el desempeño de dos grandes actores, por más que sea una película menor, sin mucha trascendencia.
WILD ROSE. Entretenida película inglesa, donde una joven escocesa, se debate entre la educación de sus hijos y el seguir su prometedora carrera, como cantante de música country, luego de salir de la cárcel. Quien guste de ese estilo musical, tendrá ocasión de deleitarse. La joven Jessie Buckley asume el papel principal y lo hace bien, no solo actuando, sino también cantando. Este filme parece confirmar la suerte de que solo con el apoyo de la familia - o solo desentendiéndose de ella - se logran las grandes carreras artísticas.
DARK WATERS. Con Mark Ruffalo - también productor del filme - Anne Hathaway y Tim Robins, entre otros. Potente denuncia de cómo los grandes intereses destruyen la vida de nuestro planeta. Este es el filme sobre el abogado que puso en jaque a todo el emporio de Dupont y a sus dañinos productos lanzados y distribuidos con el nocivo material conocido como Teflón, que aún le sigue jodiendo la salud a medio mundo. El enfrentamiento entre gente simple y negocios millonarios. Basado en hechos reales. Buen ritmo y trama atrayente. Recomendable.
PUPILLE o, EN BUENAS MANOS. Francesa y dirigida por una mujer. Las complejidades, facilidades y dificultades de la adopción en Francia, son vistas a través de distintos personajes vinculados a un caso. Gilles Lellouche, que encabeza un reparto de buenos intérpretes franceses, asume el rol de un asistente social que se encarga de los bebés abandonados. Inteligente, honda, honesta. Nada de super héroes, o situaciones ajenas a la condición humana. Impresionante es la manera francesa de tratar a los recién nacidos, explicándoles todo acerca de su condición, aunque se piense que no entienden. Admirable, también, el sistema de ofrecer traducción simultánea a los ciegos o débiles visuales que asisten al teatro. Los franceses están escapados. Hacia los finales del metraje se desata una ternura irrefrenable. Dan ganas de seguir viviendo.
MAPPLERTHORPE, LOOK AT THE PICTURES. Es un documental realizado en 2016 por HBO, que hace rato estaba buscando. Una indagación sobre la vida y obra de un artista que cambió para siempre la historia de la fotografía. Contada, a veces, por la voz del propio Robert Mapplerthorpe, en viejas grabaciones caseras. Referencia obligada para todo aquel que estudie, o profese amor por las imágenes. Con entrevistas a grandes personalidades que compartieron sus geniales desvaríos. Excelente propuesta para aprender y cultivarse.
WHAT HAPPENED ON SEPTEMBER 11. Pequeño documental de media hora, producido por HBO que intenta explicar a los más jóvenes, todo lo acontecido alrededor del acto terrorista más grande y lamentable de los Estados Unidos. Mucho se ha hecho sobre el tema, mas, lo original de este material es que es contado para y por niños de una escuela, que aprenden sobre lo que aconteció ese histórico día. Imágenes de archivo contrastan con momentos actuales. Historias de sobrevivientes.
WHAT DID JACK DO? Cortometraje, de tan solo diecisiete minutos, que puede apreciarse en Netflix. Una pequeña joya del original y raro genio cinematográfico de David Lynch. Un detective - interpretado por el propio director - interroga a un mono, sospechoso del asesinato de una gallina. Blanco y negro exquisito, que rememora al cine negro norteamericano. Para cinéfilos empedernidos.
DOLEMITE IS MY NAME. En Netflix. Una comedia, orgullosamente negra, deliciosa. Basada en la vida del comediante Rudy Ruy Moore, conocido como Dolemite, “el padrino del rap” pues, su métrica y manera de decir las cosas, inspiró a muchos artistas de generaciones posteriores. Eddie Murphy - productor principal - encarna el rol protagónico y se divierte, haciendo reír, con ello. Quizás, en lo que falla el filme, es en su traducción al español, pues los chistes son rimados y es difícil mantener el mismo estilo, cuando se trasladan a otro idioma. Aun así, la película funciona, con un ritmo bastante contagioso y una ambientación de época muy rigurosa. La obsesión de un hombre de hacer conocer su arte, como quiera que sea y cuéstele lo que le cueste. Con el regreso a la pantalla del admirable de Wesley Snipes y la participación del rapero Snoop Dogg y Chris Rock, entre otros. Maravillosa interpretación de Da´vine Joy Randolph, una gorda fabulosa, a quien le quedaría muy bien asumir un biopic de Hattie MacDaniel, la primera afroamericana que ganó un Oscar por su papel en LO QUE EL VIENTO SE LLEVÓ y que arrastró consigo una vida miserable, discriminada y menospreciada. Estimulante. No se pierdan, al final, algunos planos del personaje real que inspiró esta entrega. Ni sabía que había existido alguien así. Lo que la crítica rechaza, no tiene que ver nada con lo que el público acepta. Y este caso confirma esa máxima. Que no es cerrada, por supuesto.
MOTHERLESS BROOKLYN o, HUÉRFANOS DE BROOKLYN. Cine negro en colores. Son los años 50. Edward Norton - como director, escritor y protagonista - es un detective que ve morir a su jefe, e único amigo - Bruce Willis aparece en los primeros diez minutos y ya - empieza a indagar y descubre corrupción por parte de las compañías constructoras que desalojan a los más pobres, negros y latinos de los barrios de Brooklyn para “adecentar” la ciudad. Con Alec Baldwin, Willem Dafoe, Bobby Cannavale, Cherry Jones y una actriz que no había conocido, hasta ahora y que no solo tiene muy buena presencia, sino transmite fuerza y convencimiento en lo que hace, aunque lleva un nombre bien raro: Gugu Mbata-Raw.
RICHARD JEWEL. Buena, buenísima, tremenda. Es esta, la más reciente película de Clint Eastwood. Siempre parece que será la última y de nuevo sorprende el veterano actor-director. Se la produce, entre otros, Leonardo DiCaprio. Esta vez, es la historia del guarda de seguridad que descubrió una bomba que estalló en el Parque Olímpico Centenario de Atlanta, en los años ochenta. Te coge y no te suelta hasta derramar lágrimas sentidas. Buenas actuaciones de Olivia Wilde, Jon Ham y todo el elenco. Especial mención para la increíble labor de Sam Rockwell, la siempre efectiva - esta vez, mucho más - Kathy Bates y, sobre todo, para su admirable protagonista, Paul Walter House. ¡Amo a ese gordo! Le adoré, como creo que harán muchos espectadores. Imperdible. Deja el alma hecha pedazos. Atención para la honra nacionalista: la música es del cubano Arturo Sandoval. Y es bellísima. Regalan mucho orgullo ajeno, cubanos así.
Por último…
En Marquee TV…
GISELLE. La versión del Royal Ballet del clásico adorado por todas las bailarinas, con coreografía de Peter Wright. Con Marianela Núñez - una de las más completas bailarinas contemporáneas - y Vadim Muntagirov. Una producción de lujo, con excelencia y más que limpieza en todas las evoluciones. El Royal Ballet tiene bailarines precisos y virtuosos. Se entiende cada paso dado, sin descuidar la interpretación dramática. ¡Y ella es todo un portento! Aunque en esta versión, no se le corone como reina de la vendimia. Y al final del primer acto, no se alcance el total dramatismo. El segundo acto es menos vistoso. Sobre todo, por el poco agraciado diseño de vestuario, que convierte a las Willis en fantasmas, con alas de libélulas de un verde más oscuro que el tutú romántico, bastante desflecado, para gusto de un servidor. Mirtha, la reina, parece un zombi en acecho y con cara de susto, que le hace a uno cuestionarse ¿de qué habrá muerto, la pobre, que quedó tan mal? Además, se le enreda el tul con las alitas desproporcionadas, lo cual logra hacerle lucir como una gallina descompuesta. Es bastante dura, advierto. Sin embargo, en el cuerpo de baile lucen todas, unos velos transparentes, de seda bien fina, que son un verdadero hallazgo para esos personajes. Pero, lamentablemente, se los quitan, luego de la primera salida a escena. Y la salida de la tumba de la protagonista no es de las más gloriosas, por más que ella sea virtuosa y extremadamente limpia en sus movimientos.
Y hasta aquí.
¡Basta ya!
Que me arden los ojos de tanto mirar.
¡Cojo, agarra la botella, que me voy echando!
Hasta la próxima tanda. Que no solo del cine vive un cineasta.
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