Adolfo Luque, Camilo Pascual, Mike Cuéllar y Aroldis Chapman ya fueron seleccionados en mi ranking. Toca el turno ahora a Atanasio Pérez Rigal.
Tany Pérez (1942)
Camagüey, 6’2”, 175 lbs
En uno de los mejores equipos de todos los tiempos, la Gran Maquinaria Roja de Cincinnati, este oriundo del Central Violeta en Ciego de Ávila se encargó habitualmente del cuarto del line up. Allí, entre Pete Rose, Joe Morgan, Johnny Bench, George Foster, David Concepción, Ken Griffey Sr. y César Gerónimo, Tany supo brillar –para orgullo de Cuba- a la altura de cualquiera.
Era un monstruo empujando carreras. Tanto, que pocos jugadores de su generación lo aventajaron en esa estadística. En siete ocasiones impulsó cien o más carreras en una temporada, y en diez oportunidades se abrió espacio en el Top Ten de la Liga Nacional (además de lograrlo una vez en la Americana). Mire el dato: sus 1652 carreras fletadas lo colocan en el trigésimo segundo puesto de todas las épocas en el mejor béisbol del mundo.
Su presencia en aquella novena legendaria fue vital para que los Rojos asistieran a cuatro Series Mundiales en siete años y ganaran dos de ellas. Encima, intervino en siete Juegos de Estrellas, decidió uno de ellos con bambinazo frente a Catfish Hunter y acabó siendo exaltado al Salón de la Fama en el 2000. De hecho, ha sido el único cubano promovido a Cooperstown por el voto de la Asociación de Escritores de Béisbol de América.
Grande es una palabra pequeñita cuando se habla del Big Dog de la Big Red Machine.
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