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El senador demócrata Bernie Sanders ganó las primarias demócratas en New Hampshire con el 25.7% de los votos, seguido por Pete Buttigieg, quien obtuvo el 24.4%.
"Esta victoria aquí es el principio del fin para Donald Trump", dijo Sanders en una intervención pública posterior, y prometió construir un "movimiento político multirracial sin precedentes" para derrotar al actual mandatario republicano.
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El gran perdedor de la noche fue Joe Biden, quien consiguió apenas el 8.4% de los votos, por debajo incluso del 9.3% de Elizabeth Warren.
A pesar de la victoria del candidato más izquierdista de los precandidatos demócratas, Sanders ganó la primarias de New Hampshire con menos de la mitad de los votos que obtuvo en 2016, cuando quedó 22 puntos por encima de Hillary Clinton.
Medios de prensa norteamericanos consideran que la victoria de Buttigieg en el polémico caucus de Iowa benefició al ex alcalde centrista en la votación de New Hampshire, donde Buttigieg sacó nada menos que 14 puntos más de lo que pronosticaban las encuestas.
La tercera posición en New Hampshire fue para la senadora Amy Klobuchar, de Minnesota, que logró el 19.7% de los sufragios.
Elizabeth Warren, la gran rival de Sanders en términos de izquierda, se hundió al caer al cuarto puesto, lo que algunos analistas consideran que pone en serio peligro su campaña. La caída de Warren beneficiaría a Sanders, que compite por un territorio ideológico similar, aunque Warren es más centrista.
El ex vicepresidente Joe Biden terminó en quinto puesto, todavía peor que en Iowa, donde concluyó cuarto, y todos coinciden en declararlo gran perdedor.
A finales de enero, los sondeos apuntaban a una estrecha carrera de Sanders y del exvicepresidente Joe Biden por la nominación demócrata. Un sondeo de The Washington Post-ABC -publicado el 26 de enero- mostraba que tanto Biden como Sanders se alejaban del resto, pero poco más de dos semanas después, el panorama ha cambiado.
El senador republicano Rick Scott declaró recientemente a Fox News que Bernie Sanders debía ganar la nominación presidencial demócrata en EE.UU. para enfrentarse luego en la contienda electoral a Donald Trump, lo que traería como resultado una competencia entre la “miseria y muerte del socialismo” y “las oportunidades del capitalismo”.
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