Este 23 de febrero se cumplen diez años de la muerte de Orlando Zapata Tamayo, un albañil y plomero cubano que se vinculó a la oposición dentro de la isla y alcanzó relevancia tras protagonizar, desde la cárcel, una huelga de hambre que duró 85 días.
Tenía 43 años cuando ocurrió su deceso y con la protesta pacífica exigía derechos mínimos dentro del recinto penal en el que cumplía sentencia.
Tras su muerte, el Gobierno cubano intentó desacreditarlo, mostrándolo como un delincuente común.
Raúl Castro habló de Zapata Tamayo durante una vista del entonces presidente de Brasil, Luis Ignacio "Lula" da Silva al puerto de Mariel. "Uno que se murió de huelga de hambre", dijo el entonces presidente de los Consejos de Estado y de Ministros cubano ante la prensa brasileña, la única presente en el recorrido. Aunque lamentó el suceso, culpó de lo ocurrido al conflicto con Estados Unidos.
La oposición tanto dentro como fuera de la isla nunca aceptó aquellas calumnias y Amnistía Internacional consideró a Zapata Tamayo como prisionero de conciencia.
La madre del opositor cubano, Reina Luisa Tamayo, tampoco aceptó las palabras de Raúl Castro, a quien criticó por utilizar como pantalla la muerte de su hijo.
Reina Luisa tampoco lo tuvo fácil con la policía política de la isla una vez que murió su hijo. Recibió amenazas y hostigamiento mientras llevó a cabo una una larga batalla para recuperar los restos del opositor, exhumarlos y llevarlos fuera del país. Después de un tiempo Zapata Tamayo fue recibido en Miami como un héroe. Sus restos en un féretro cubierto con la bandera cubana y su familia se asentó en el otro lado del estrecho de la Florida.
Sin embargo esta última década ha sido difícil para los familiares del opositor. En varios medios de prensa locales tanto la madre, como el padre y el hermano confesaron enfrentar dificultades para sobrevivir en el exilio, a pesar de las ayudas recibidas por organizaciones de Miami.
El suceso lo aprovechó en su momento la prensa a favor del régimen cubano para contar una versión de los hechos que fuera favorable al discurso de La Habana.
TeleSUR se hizo eco de las palabras de Reina Luisa Tamayo para resaltar la "traición" que el exilio cubano cometía con el legado del opositor, sin mencionar lo que motivó aquella histórica huelga de hambre, ni mucho menos la importancia que tuvo su figura dentro de la oposición cubana.
La muerte de Orlando Zapata Tamayo constituyó en ese entonces el segundo episodio con mayor connotación de huelguistas de hambre por motivos políticos dentro del país. El primero tuvo lugar en 1972 con la muerte del activista Pedro Luis Boitel.
Archivo Cuba ha documentado trece muertes por huelga de hambre de presos políticos en la isla, desde 1966 hasta la fecha, mientras cumplían condena en diferentes cárceles castristas:
Roberto López Chávez (1966), 25 años.
Luis Álvarez Ríos (1967), 31 años.
Francisco Aguirre Vidarrueta (1967). No consta su edad al morir.
Carmelo Cuadra Hernández (1969). No consta su edad al morir.
Pedro Luis Boitel (1972), 34 años.
Olegario Charlot Spileta (1973). No consta su edad al morir.
Enrique García Cuevas (1973). No consta su edad al morir.
Reinaldo Cordero Izquierdo (1975). No consta se edad al morir.
José Barrios Pedré (1977). No consta su edad al morir.
Santiago Roche Valle (1985). 45 años.
Nicolás González Regueiro (1992). 42 años.
Orlando Zapata Tamayo (2010). 42 años.
Wilman Villar Mendoza (2012). 31 años.
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