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Al menos dos personas enfermaron en el reparto residencial de Aldabo, en La Habana, tras la rotura de una alcantarilla y la correspondiente salida de aguas albañales.
La situación comenzó el martes 18 de febrero y las autoridades de la capital no han dado una solución desde entonces, contó Giselle Palacio a través de Facebook.
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"Como consecuencias, una inmunodeprimida transplantada de riñón tiene una infección que la hospitalizó debido a su gravedad" contó en su denuncia y agregó que una infante de 14 meses estuvo tres días con fiebre, "sin explicación alguna".
Giselle aseguró que llamó a un teléfono, presumiblemente de la Empresa estatal encargada del saneamiento de La Habana, y que allí le dijeron que no podían hacer nada "debido a la falta de petróleo para que funcionen los camiones".
El agua sube por las casas y sus jardines, lo cual hace la situación "insalubre e inaceptable", dice la cubana en su publicación.
Una familia de Lawton, en La Habana, lleva casi dos años con el sótano de su casa convertido en una laguna pestilente debido a un derrame de aguas albañales, sin que las autoridades den solución al problema.
Lo mismo le sucede a unos vecinos de un solar en San Ignacio 708, entre Merced y Paula, Habana Vieja, quienes colocaron una gran viga de madera para llegar hasta sus viviendas.
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