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El gobierno cubano tomó algunas medidas para evitar el contagio por coronavirus en personas mayores de 60 años, las cuales representan el 20% de la población del país.
El Ministerio de Salud Pública (MINSAP) ha reforzado la protección en las 293 casas de abuelos y en los 155 hogares de ancianos del país, aseguró el doctor Alberto Fernández Seco, jefe del Departamento de Adulto Mayor, Asistencia Social y Salud Mental, citado por el diario villaclareño Vanguardia.
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Entre las medidas adoptadas están la revisión matutina de los trabajadores, la suspensión de los que presenten sintomatología de gripe, el seguimiento a los ancianos que viven en régimen interno y las restricciones en los pases y visitas, explicó.
Fernández Seco señaló que los círculos de abuelos donde los adultos mayores realizan ejercicios físicos mantendrán sus actividades en los parques, aunque las personas deberán mantener una distancia de dos metros entre ellas.
Este grupo poblacional es el más vulnerable a contraer la enfermedad, dado que la capacidad inmunológica disminuye y padecen patologías crónicas no transmisibles que complican el manejo de cualquier infección respiratoria, subrayó el funcionario.
Sin embargo, no mencionó las acciones para proteger a los ancianos que viven solos o en situación de extrema pobreza, ni a los que cada vez con mayor frecuencia se les observa en las aceras vendiendo periódicos, alimentos ligeros o café.
En Cuba, un país cada vez más envejecido, la vulnerabilidad de los ancianos sobrepasa el tema salud ya que a muchos no les alcanza la pensión que reciben y son los más afectados en medio de la crisis económica cuasi permanente de la isla.
La nación caribeña confirmó el lunes el quinto caso de coronavirus en el país, justo en un cubano de 63 años procedente de España. El hombre está siendo monitoreado porque, además de pertenecer al grupo de edad de mayor riesgo, también tiene antecedentes de diabetes mellitus, hipertensión arterial y cardiopatía.
El coronavirus ha afectado especialmente a la población más anciana del mundo y en lugares como Italia, donde el colapso de los hospitales fue inevitable ante el avance de la pandemia. Algunos médicos refieren que se vieron obligados a desestimar la hospitalización de personas de la tercera edad y aceptar solamente los casos de personas más jóvenes, que tenían más posibilidades de sobrevivir.
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