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Jesús Álvarez López, el primer ciudadano cubano que dio positivo al coronavirus y que recibió el alta el pasado 23 de marzo, confesó su preocupación por la actitud de varios de sus compatriotas, quienes no han tomado en serio la gravedad de la pandemia.
“Veo a algunas personas que siguen en la calle y sin la conciencia necesaria para la actual situación, a quienes digo que se cuiden, que esto le puede tocar a cualquiera”, expresó al periódico Granma.
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De acuerdo con los reportes del Ministerio de Salud Pública de Cuba, Álvarez López, de 25 años y residente en Santa Clara, fue la cuarta persona diagnosticada con coronavirus en la isla, concretamente el pasado 12 de marzo. Antes habían dado positivo al COVID-19 tres turistas italianos que estaban en Trinidad.
Fue el primero en Cuba en contagiarse sin haber viajado al extranjero. Su esposa, ciudadana boliviana radicada en Italia, llegó al país sin síntomas aparentes de la enfermedad. A los pocos días ambos comenzaron a presentar problemas respiratorios leves y acudieron al médico. Fueron ingresados en condiciones de aislamiento en el hospital Manuel Piti Fajardo, de Villa Clara y luego trasladados al Instituto de Medicina Tropical Pedro Kourí (IPK), en La Habana, donde se confirmó que él también se había infectado.
“Imagínese lo que sufrí en ese momento, el mundo me cayó encima. Sentí miedo, pensé lo peor, en mi familia, en mi niña Ana Sofía de solo un añito. Pero tuve fuerzas para resistir en medio de la tormenta, porque sabía de la calidad de la Medicina cubana”, relató.
Álvarez López precisó que en estos momentos evoluciona de forma muy favorable y está chequeado por el médico de familia, quien diariamente va a su casa a tomarle la temperatura y a hacerle otros controles.
El joven, bailarín profesional, elogió la atención que recibió en los centros donde estuvo internado. “Allí no me faltó nada, ni medicinas, ni recursos de ningún tipo, y hasta me malcriaron un poquito, porque si tenía hambre, no importaba que fueran las dos de la madrugada, traían yogurt o algún alimento…”, detalló.
Sus palabras contrastan con la situación que atraviesan en este momento numerosos cubanos que esta semana llegaron a La Habana del extranjero, quienes fueron albergados en un local sin las condiciones necesarias para una cuarentena eficaz.
Se trata de la antigua Escuela de Enfermería del municipio Cotorro, en La Habana, habilitada por el gobierno para alojar a posibles sospechosos o portadores del coronavirus. Allí están durmiendo hasta 12 personas en una misma habitación, y solo pueden acceder a un baño, según la denuncia enviada a la redacción de CiberCuba por la esposa de una de los recluidos.
La cuarentena sanitaria obligatoria para todos los viajeros que arriben al territorio fue impuesta el pasado el pasado 20 de marzo, una medida que persigue prevenir más contagios de COVID-19.
En aquel entonces, el ministro de Salud Pública, José Ángel Portal Miranda, aseguró en la Mesa Redonda televisiva que el país cuenta con instalaciones adecuadas para la vigilancia de personas con síntomas de coronavirus y para viajeros asintomáticos que pueden ser portadores del mismo.
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