Un cubano dirige el Instituto de Investigación Sanitaria del Hospital Universitario La Paz (IdiPAZ) en Madrid. A su cargo se encuentra un importante equipo de investigadores que acaban de recibir una significativa donación para invertir en el estudio del coronavirus.
Su nombre es Eduardo López-Collazo, es natural de Jovellanos y lleva 25 años fuera de la isla. Accedió a ofrecer una entrevista a CiberCuba en la que comenta importantes datos sobre el coronavirus que destierran algunos mitos.
Tras superar los tres meses de expansión del coronavirus por Asia, Europa y el resto del planeta ¿qué saben los científicos con certeza del coronavirus?
Poco, si lo comparamos con otros virus como el VIH, por ejemplo, que ha sido muy estudiado.
El coronavirus es un retrovirus que es algo que le da características peculiares. Saltó a los humanos por un fenómeno que llamamos zoonosis. Es decir, pasa de una especie a otra, algo que no es la primera vez que ocurre. El VIH es probablemente, el virus más famoso que ha saltado a los humanos de esta manera.
Se ha demostrado científicamente que el coronavirus se transmitió por zoonosis. Esto destierra el mito de que ha sido creado en un laboratorio.
Casi el 100% de las personas que fallecen por coronavirus se debe a algo que llamamos Sepsis. Los estudios de estos casos en China nos han dado ciertas pistas para investigar la relación con la sepsis desde otros puntos de vista y en esto se concentra nuestro proyecto.
El coronavirus además produce linfocitopenia algo que destruye los linfocitos (tipo de glóbulos blancos) en la sangre y causa que bajen las defensas del organismo, eso puede ser mortal para las personas.
El virus se transmite fácilmente. Puede perdurar mucho tiempo en el aire. Se hospeda en objetos y superficies donde se puede mantener activo durante mucho tiempo. Por eso la transmisión ha sido tan grande en todo el planeta.
Se transmite a todas las personas. No tiene preferencia en edades, razas ni género. Es más nocivo en edades avanzadas, pero ya se observan complicaciones en personas jóvenes.
No es un virus sólo de personas mayores. Mueren también enfermos de edades tempranas. Los niños, aunque no son población vulnerable, sí son portadores.
El mayor grupo transmisor son los jóvenes que son quienes más se mueven. Presentan por lo general síntomas muy leves, por lo que es importante que se queden en casa si valoran la vida de quienes les rodean.
Lo que no sabemos del coronavirus es la mayoría de las cosas. No sabemos cómo atacarlo o cómo actúa en las defensas del organismo.
Por ejemplo, se deben controlar las respuestas del sistema inmunológico tanto al principio de la enfermedad cuando pueden resultar tan fuertes que pueden matar a la persona; como después de la sexta semana, que pueden llegar a ser nulas y también resultar fatal.
Algunos políticos aseguran que es un catarro más y no creen oportuno tomar medidas. ¿Qué diferencia al coronavirus de otros virus con alta mortalidad?
Esta no es una gripe más. Es un coronavirus, es el segundo que nos ataca y sabiendo eso los científicos y profesionales de la salud sabíamos que las cosas podían complicarse.
A partir de diciembre que aparece este virus nadie en el planeta tenía anticuerpos, es decir defensas frente al coronavirus. Cualquier persona que estuviera expuesta a él caería enferma.
No se trata solamente de la mortalidad que es superior a la que se ve en gripes normales. También está el nivel de infección y no saber si se necesitaba tratamientos específicos, como luego hemos visto, la importancia de prepararse para la respiración asistida, por ejemplo.
Hay otra cosa importante, los hospitales colapsan con este virus. Esto es algo para tener en cuenta y mucha gente no prestó atención a estos factores.
Es increíble como políticos como Boris Johnson, países como los propios Estados Unidos, México, Nicaragua, Brasil, no prestaron atención al principio de este virus. Ahora están tomando medidas. Es inconsciente que un político diga que esta una gripe más.
Algunos países consideran que por su clima u otros factores socioculturales no serán azotados por la pandemia como ocurre en España e Italia. ¿Cree que en las próximas semanas se verá un comportamiento similar del coronavirus en otras naciones?
No lo puedo asegurar, porque no conocemos bien al virus todavía. Hay solo un estudio dedicado a la estabilidad del coronavirus y su nivel de infección a diferentes temperaturas. Parece ser que cuando se elevan las temperaturas y la humedad el poder de infección baja, pero esta bajada no es significativa.
Ojalá sea inestable a temperaturas altas y humedad alta, pero no estamos seguros de eso, por lo que nadie puede agarrarse a esa teoría. Es mejor tomar todas las medidas preventivas posibles.
Su equipo ha recibido una donación para impulsar un proyecto de investigación sobre el coronavirus. ¿Qué es la sepsis y por qué centrar los estudios en este aspecto?
Yo no soy virólogo, trabajo en sepsis y metástasis en enfermedades como el cáncer. Aunando estos campos de conocimientos hemos llegado a la conclusión de que podemos aplicar los resultados de los estudios para paliar la segunda parte del COVID-19.
Hemos recibido una financiación por parte de un banco, una aseguradora y una mutua que nos permitirá estudiar mejor el coronavirus. Esto tiene que mantenerse, se tiene que investigar en momentos de calma.
La sepsis mata muchísimas personas en el primer mundo. Qué podremos dejar para países con sistemas de salud débiles. Sin embargo, no se investiga. Si se hubiera dedicado más esfuerzo a su estudio tendríamos más respuestas para este virus.
¿Por qué es tan importante invertir en la investigación del coronavirus? ¿Acaso se puede repetir algo así?
La Ciencia se cuece a fuego lento. Es importante investigar en tiempos de paz, para cuando llegan momentos álgidos como estos estar preparados y tener respuestas.
Es necesario investigar el coronavirus porque las experiencias que tengamos y los resultados los podemos emplear no solo para detenerlo ahora, sino para enfrentar otras epidemias que puedan surgir de estas características u otras.
Ahora usamos conocimientos que tenemos de otras patologías, como el VIH, la malaria, el ébola. Lo que conocemos de sepsis también es útil. Es importante investigar siempre. Nunca sabemos dónde estará la respuesta.
Todos los gobernantes saben que es importante estudiar el coronavirus ahora, pero los científicos no podemos dejar que la ciencia la dirijan los políticos. Es importante investigar durante la crisis, pero cuando todo haya pasado lo seguirá siendo también.
Prevenir contagios, evitar las muertes o detener el virus, ¿cuál es la prioridad en las líneas de investigación?
Las tres son importantes y esto es algo que deben tener claro los científicos. Detener la transmisión es extremadamente necesario, si no lo hacemos el sistema sanitario colapsa.
Salvar a las personas que están en las Unidades de Cuidados Intensivos (UCI) es crucial. No tienen por qué morir enfermos de 65 años, ni de 80 tampoco.
Conocer el virus es la única manera de poder crear algo que lo detenga y puede servir para enfrentar otras posibles epidemias en el futuro.
La Ciencia en España ha sido castigada por la crisis con recortes de todo tipo. ¿En qué medida esto hace vulnerable al sistema de salud pública?
El sistema sanitario español es excelente y aun así está haciendo aguas con el coronavirus. Si lo comparas con otros sistemas sanitarios, el hecho de ser público lo hace aún mejor. Sin embargo, para sostenerse necesita de buenas investigaciones.
Este país cometió el gran error de recortar en áreas de investigación en muchos momentos. Cuando comenzó la crisis económica lo primero que hicieron fueron recortes en estas áreas. Se veía el hecho de investigar como un lujo que solo podían darse países como Alemania, Reino Unido y Estados Unidos.
Para que tengas una idea, ahora mismo no tenemos infraestructuras para trabajar este tipo de virus. Estamos como locos los científicos para encontrar colaboraciones para poder investigar. Los recortes en Ciencia son un error. Lo único que nos puede salvar es la Ciencia.
España e Italia superaron ya el número de defunciones en China. ¿Por qué tantos muertos en Europa?
Probablemente por no tomar las medidas rápidamente. El pueblo chino por cultura es más disciplinado, tenían experiencias previas.
Al momento de llegar el virus en Europa había un excelente clima. La gente salió, compartió en terrazas, en manifestaciones, conciertos, se abrazaron, besaron y se expandió rápidamente. Fue un período de gran propagación.
De todas maneras, es importante destacar que las estadísticas de países como Francia y Alemania no parecen ser del todo explícitas.
Los hospitales están abarrotados de enfermos. ¿Por qué ocurre esto?
Los colapsos se deben a que existen gran cantidad de personas que necesitan cuidados especiales, con respiración asistida, por ejemplo.
Ahora se derivan pacientes a diferentes lugares, como hospitales de campaña u hoteles, donde reciben cuidados según sus necesidades. Pero eso al principio no estuvo contemplado, hasta que comenzaron a colapsar los servicios. No se actuó con la rapidez necesaria.
¿Cuáles son las prácticas demostradas por la Ciencia que pueden frenar el contagio del virus?
Aislarnos es la medida más factible. No solo se protege a quienes están en los grupos vulnerables que pueden infectarse y fallecer, también se evita el colapso de los servicios sanitarios.
Especialmente los jóvenes deben mantenerse en casa si valoran la vida de sus padres, sus abuelos, sus tíos o sus vecinos.
Con respecto a Cuba, ¿cree que ha sido coherente el plan de posponer las medidas de aislamiento según el avance de la epidemia?
Yo llevo 25 años fuera de Cuba. Nunca más he vuelto, por lo que cualquier cosa que pueda decir carecería de ese contacto directo. Por lo que intentaré referirme en general a cualquier país.
Lo que aconsejaría es no retardar más las medidas que favorezcan el aislamiento de la población para evitar la transmisión que es muy rápida.
Esta es la forma más efectiva, que se conoce hasta ahora, de controlar el pico de transmisión.
El Estado cubano asegura que tiene todos los protocolos médicos previstos y que está preparado para enfrentar el coronavirus. ¿Cómo lo ve usted?
Ojalá sea cierto. El sistema sanitario cubano adolece de recursos por las diferentes causas que todos conocemos. Es poco creíble que esté extremadamente preparado. Deben tomar medidas drásticas para evitar que esto se convierta en una pandemia dentro de la isla.
Uno de los tratamientos a los que más publicidad se le ha dado desde Cuba es al Interferón alfa-2b. ¿Considera que realmente puede funcionar contra el coronavirus?
El Interferón alfa 2b es una molécula que tenemos en nuestro cuerpo. Se produce como un antiviral natural. Se descubrió desde el siglo pasado y en Cuba se produjo para tratar enfermedades como el VIH y el cáncer.
La realidad de hoy es que se utiliza en algunos casos de coronavirus a los que se les detecta neumonía, por ser antiviral, pero no se ha demostrado que sea la solución. No es la cura, si la potencia médica se basa en esa teoría, deberían empezar a preocuparse.
¿Qué consejos daría al pueblo cubano en esta crisis sanitaria por coronavirus?
Lo fundamental que puede hacer una persona que no tenga poder de decisión sobre las masas es confinamiento e higiene. Esas son las dos grandes recomendaciones.
Evitar las salidas y los contactos con otras personas. Lavarse las manos continuamente, usar mascarillas y guantes en caso de ser necesario.
La población joven cree que esto no va con ellos y son los más grandes transmisores. Si quieren a sus mayores deben quedarse en casa ya.
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