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Ante el avance del coronavirus en Cuba y la falta de mascarillas profesionales, los habitantes de la isla caribeña continúan ingeniándoselas para protegerse de la pandemia.
Una publicación en el muro de Facebook del usuario Alain Paparazzi TV muestra a un hombre en la céntrica calle 23, en el Vedado capitalino, usando una careta de buceo que le cubre todo el rostro, mientras conversa con un joven que lleva un nasobuco de los que se emplean en los salones de operaciones.
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“Ya, serio, no puedo más con esto, los cubanos somos de otra galaxia”, comentó Paparazzi TV.
No se sabe si este cubano no tiene a nadie que le confeccione una mascarilla de tela como las que abundan en las calles cubanas en estos días. Las costureras las fabrican de cualquier prenda: de sábanas, pullovers viejos, pañales… todo material es válido siempre que tenga tres capas de tela con las medidas correctas.
Pero su caso no es el único original. Recientemente se volvió viral en internet la foto de otro cubano con una máscara antigas cubriéndola la cara, como vía de protección ante el coronavirus.
Las autoridades están exigiendo a la población que debe usar un tipo de mascarilla. El pasado 27 de marzo un joven fue detenido en las afueras del Mercado de 3ra y 70, en La Habana, por no usar ninguna protección. Según denunció a CiberCuba un lector, después de unas cinco horas en la cola para comprar pollo, el hombre fue empujado, maltratado y agredido físicamente por un teniente coronel de la policía.
Hay otros en la isla, sin embargo, que se exceden cuando se trata de evitar a toda costa el impacto del coronavirus en ellos y en sus seres más queridos. En un segundo post de Alain Paparazzi TV se puede ver a una joven caminando con su perrito cargado, ambos usando un nasobuco.
“¿Alguien le puede decir que los perros no contraen el virus? El cubano cuando no llega se pasa”, escribió junto a las fotos.
En efecto, la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha explicado que no existen pruebas de que perros, gatos o cualquier otro animal de compañía puedan “transmitir el COVID-19”.
Según los expertos, la enfermedad se propaga fundamentalmente a través de las gotículas producidas por una persona infectada al hablar, toser o estornudar.
Sin embargo, muchos temen que pueden contraer el coronavirus de sus animales afectivos, una creencia que ha llevado al abandono de mascotas por parte de sus dueños en países como Estados Unidos, España e Italia, según han denunciado protectoras locales.
El origen de esta aprehensión se debe a que en febrero pasado el gobierno de Hong Kong dio a conocer que se habían detectado “niveles bajos” de coronavirus en el perro de un paciente diagnosticado, y que el animal había sido puesto en cuarentena para comprobar si tenía o no la enfermedad.
El vicepresidente del Consejo Científico de AniCura (organización europea de clínicas y hospitales veterinarios), Alexis Santana, señaló que el can solo tenía partículas del virus en su nariz y pelo porque su dueña estaba infectada, precisó la publicación especializada española Gaceta Médica.
Los test hechos que le hicieron al animal siempre dieron negativos. Murió dos semanas después de iniciar la cuarentena. La Asociación Mundial de Veterinarios de Pequeños Animales (WSAVA) reiteró que nunca mostró signos clínicos de COVID-19. “Con 17 años, tenía problemas de salud no relacionados significativos, incluidos problemas cardíacos y renales”.
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