Tras la confirmación extraoficial este sábado de un primer caso de coronavirus en la localidad de Santiago de las Vegas, a escasos kilómetros del Aeropuerto Internacional José Martí de La Habana, el temor se expande en los habitantes de la zona, que creen que podrían enfrentar una cuarentena “más temprano que tarde”.
En Santiago de las Vegas residen cientos de trabajadores de las terminales aeroportuarias y varios vecinos cuestionan las medidas para frenar el brote de coronavirus e incluso los datos publicados por el Ministerio de Salud Pública de Cuba (MINSAP): 320 contagiados por la COVID-19 hasta el parte dado este domingo.
En los datos ofrecidos por el MINSAP, aparece el caso de un ciudadano cubano, de 54 años, residente en el capitalino municipio de Boyeros, que arribó al país el 13 de marzo, procedente de España, y fue ingresado el día 29 en el Hospital Militar Luis Díaz Soto.
Sin embargo, según una vecina de Santiago de las Vegas, cercana al personal de salud de esa comunidad, “todo parece demasiado manipulado, minimizado, politizado. Hay casos que dejan muchas lagunas de información, como el de la Isla de la Juventud, que falleció, y este de Boyeros, que creemos que sea el mismo que el del sobrecargo que se llevaron de aquí de Santiago y que ya confirmaron”.
La vecina, que prefiere el anonimato, está preocupada porque no se dieron muchos detalles en la televisión. “Sabemos que a toda su familia la recogieron ayer, pero hasta ese momento los niños de la casa andaban jugando por todo el barrio y no en aislamiento”, señala.
Una enfermera de Santiago de las Vegas, también anónima, explica a CiberCuba que el caso oficialmente reconocido es el mismo que el del paciente con el que dieron al principio porque había estado en contacto con un caso del municipio de Marianao, confirmado con anterioridad.
“El descubrimiento ha puesto a la gente del gobierno y el Partido del territorio a correr porque saben que estamos en una zona caliente pues todo lo que nos rodea tiene que ver con el aeropuerto. Ahora hay que extremar las precauciones, pero si van apareciendo más casos, creo que lo mejor será cerrar todo Boyeros”, recomienda.
La especialista entiende que no se quiera crear pánico, pero “esconder la realidad no resuelve nada. La versión oficial va por un lado y la de los médicos va por otro. Lo cierto es que el coronavirus ya está regado en la calle y esperan que creamos que todavía estamos en una etapa pre-epidémica”, agrega.
Un piloto de la aerolínea estatal Cubana de Aviación, quien vive en Santiago de Las Vegas hace más de 20 años, asegura que “estamos en permanente riesgo porque casi todo el que vive aquí, desde los administrativos y los aduaneros, hasta los dependientes y los taxistas, ha tenido contacto de una forma u otra con quienes llegan del exterior”.
Por otro lado, la gente sigue obligada a ignorar la exhortación a hacer colas “responsables”, donde no haya aglomeración y exista al menos metro y medio entre las personas, en tanto los agentes de la Policía Nacional Revolucionaria (PNR) son “figuras decorativas”, que ven cómo la gente está “una encima de la otra” y “no hacen nada”.
Otro habitante local resalta que “de algo tiene que servir la policía. No puede ser que siga pintada en la pared, mientras los inconscientes hacen lo que les da la gana. No hay percepción real del peligro que nos acecha. Solo se entenderá la gravedad del asunto cuando sea obligatorio el distanciamiento”.
Lo cierto es que, en la medida en que se incrementan los casos de COVID-19 en Cuba, las colas no paran de crecer en el país –como es habitual– pese a las medidas tomadas para evitar mayor brote de esta enfermedad que sigue sin cura definitiva.
“Seguimos saliendo de nuestras casas porque no nos queda más remedio. Aunque sepamos que la cuarentena total es la mejor manera de protegernos, no creemos que podamos soportarla porque hay que salir a buscar, casi escarbar, para encontrar comida”, apunta otra vecina de este poblado de Boyeros.
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