El gobierno de Cuba anunció este martes la entrada en la fase de "trasmisión autóctona limitada" del COVID-19, tras detectarse casos en los que no puede determinarse la vía de infestación del virus, causante de la muerte de 11 personas y el contagio de 396 en el país.
La noticia se conoció en la reunión que analiza periódicamente el plan del régimen para prevenir y controlar la propagación del coronavirus en la isla, con la participación del gobernante Miguel Díaz-Canel y del primer ministro, Manuel Marrero Cruz.
Según el ministro de Salud Pública, José Ángel Portal Miranda, esta etapa se declara “cuando se confirman casos en los que no se ha podido establecer nexo con viajeros procedentes de zonas afectadas y están limitados a conglomerados pequeños en localidades o instituciones del país”, reportó el portal oficialista Cubadebate.
Señala la nota que los eventos activos de transmisión local están localizados en Consolación del Sur, provincia de Pinar del Río; Florencia, en Ciego de Ávila; Florida, en Camagüey; y Gibara, en Holguín; los cuales suman 33 casos.
Díaz-Canel anticipó que todos los lugares donde exista transmisión local pasarán a cuarentena y que el Estado Mayor Nacional de la Defensa Civil dará las instrucciones correspondientes a los Consejos de Defensa.
El mandatario aseguró que muchas de las medidas que corresponden a la etapa recién decretada ya fueron adelantadas en la anterior fase pre-epidémica, y que se trabaja para “continuar disminuyendo el riesgo de transmisión masiva de esta enfermedad”.
Felicitó el trabajo de los médicos, enfermeros y todo el personal sanitario para frenar el avance de la pandemia en la isla, al tiempo que criticó a las personas que no acatan la disciplina indispensable para frenar el crecimiento de la curva de la enfermedad.
En alusión a la esperanza de muchas personas de que se obtenga cuanto antes una vacuna efectiva contra el coronavirus, advirtió que en Cuba “lo primero con lo que hay que vacunarse es con lo único que tenemos hasta ahora: con la disciplina, la cooperación y la solidaridad”, que -dijo- es la vacuna que “nos puede conducir al éxito en el enfrentamiento a la pandemia”.
El gobernante cubano arremetió contra las personas y medios que informan libremente en las redes sociales sobre la pandemia en la isla, a los que llamó “enjambre anexionista” y acusó de desinformar con “falsas noticias” y “avisos apocalípticos”, y de tratar de “sembrar incertidumbre y pánico”.
Sin embargo, la nota de Cubadebate no menciona si el mandatario hizo alguna alusión a las voces de sus compatriotas, de dentro y fuera de la isla, que desde la red de redes se alzaron para demandar a su gobierno medidas efectivas que evitaran el ingreso al país de la epidemia, como el cierre inmediato de las fronteras aéreas y marítimas y la suspensión de las clases en todos los niveles de educación, pedido al que el régimen hizo caso omiso en su momento.
En cambio, sí tuvo palabras de elogio para la prensa oficialista cubana que sigue al pie de la letra el guión predeterminado por el régimen, sin apartarse un milímetro del libreto. Cuba “dispone de una poderosa red de medios públicos y de comunicación social que en estos días han demostrado su profesionalidad, su pasión y su consagración absoluta al oficio de informar y al deber de aliviar las lógicas ansiedades que tiene nuestro pueblo en este momento”, subrayó.
Aseveró también que su gobierno “está cumpliendo con su responsabilidad de ofrecer a través de esos medios toda la información disponible, con inmediatez, transparencia y sin alarmismo”.
“Nosotros no estamos escondiendo ningún caso, aquí todos se han informado limpiamente, en el momento en que se han producido”, aseguró, y pidió no creer en “aquellos que constantemente están tratando de poner en duda la veracidad de lo que se está dando”.
En otro momento de la reunión, Díaz-Canel demandó a todas las personas que sean francas en las pesquisas que se llevan a cabo en el país para detectar casos sospechosos. “La vida nos está diciendo que, cuando alguien oculta información sobre su estado de salud, podemos lamentar la pérdida de una vida y podemos lamentar otras vidas que se ponen en riesgo”, enfatizó.
Las palabras del gobernante no dejan claro, sin embargo, si estaba refiriéndose a alguna de las 11 personas que han fallecido en Cuba como consecuencia del COVID-19, entre las que figura un turista italiano llegado al país a inicios de marzo, quien padecía una enfermedad respiratoria de base, y el más reciente caso de un cubano de 38 años, víctima presuntamente de la “falta de precisión en los análisis a los que fue sometido y negligencia médica”, según la denuncia de su hermana.
En la conferencia de prensa de este martes para actualizar los datos estadísticos del COVID-19 en el país, el Ministerio de Salud Pública (MINSAP) confirmó el diagnóstico de 46 nuevos casos, lo que elevó la cifra total a 396. De estas personas, 340 presentan evolución clínica estable, 12 se encuentran en estado crítico y 3 en estado grave.
También se informó que en total se encuentran hospitalizadas 1 752 personas, mientras que otras 15 762 están siendo vigiladas en sus hogares por la red de atención primaria de salud y 27 pacientes recibieron el alta médica tras recuperarse de la enfermedad.
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