El petróleo en Estados Unidos sufrió una caída histórica y, por primera vez, cotiza en negativo, debido a la crisis internacional generada por la pandemia del coronavirus.
La situación actual ha derivado en un temor de los inversores en torno a la debilitada demanda de combustible a nivel global y los problemas de almacenamiento que este déficit de consumo acarrea tras experimentar una reducción drástica.
Se ha llegado al punto en que los productores están pagando esencialmente para deshacerse de sus barriles, apuntan medios norteamericanos como CNN.
En víspera del cierre de contrato más próximo del WTI, los futuros de primera posición del referencial estadounidense se derrumbaron en más de 306%, o 55,90 dólares, para terminar la sesión en -37,63 dólares por barril, un nivel nunca antes registrado por el mercado.
El contrato de crudo estadounidense de segunda posición -los futuros a junio del 2020- perdió un 18% a un mínimo récord de 20,43 dólares por barril. Asimismo, los futuros del crudo Brent, el punto de referencia mundial, cayeron un 8% el lunes a $ 25.81 por barril.
En medio de este contexto, el Dow Jones neoyorquino registra caídas superiores al 2%, siendo Nueva York el estado más afectado por el coronavirus. El contrato de futuros de mayo para West Texas Intermediate, el punto de referencia estadounidense, está a punto de expirar. La mayoría de los inversores ya se están centrando en el contrato de junio, reduciendo el volumen de negociación y alimentando la volatilidad, dijo el analista de UBS Giovanni Staunovo.
“Nadie sabe lo que vendrá este año”, advirtió Howard Silverblatt de S&P Dow Jones Indices, mientras se espera que la mayoría de las compañías reporten ganancias decepcionantes en el primer trimestre, según el Washington Post.
“Nadie en Estados Unidos quiere petróleo a corto plazo”, resumió el analista Jeffrey Halley.
Rystad Energy, una consultora, pronosticó que las existencias comerciales de crudo de EE. UU. Alcanzarán máximos históricos a fines de abril y continuarán subiendo hasta mayo.
Ante el desbalance de oferta y demanda, países como Arabia Saudita, Rusia y otros productores trataron de apuntalar los precios con un acuerdo la semana pasada para reducir la producción en 9.7 millones de barriles por día en mayo y junio, el corte más profundo jamás negociado.
La Agencia Internacional de la Energía (AIE) había adelantado que este podía ser el peor año de la historia para el petróleo, con más de 180 países en el mundo contando casos del brote originado en la ciudad china de Wuhan.
Varios además se han visto obligados a tomar medidas restrictivas que sostienen el aislamiento social, lo cual implica naturalmente menos compradores y una menor demanda del combustible en vistas de la limitación de movimientos.
El cielo se ha despejado de aviones y las carreteras de automóviles, esa es la fisionomía del momento en curso, que ha forzado los importantes recortes productivos.
“Si el consumo de energía ha bajado un 30% y la OPEP reduce el suministro en un 10%, todavía hay una gran brecha”, reconoció Elwin de Groot, jefe de estrategia macro de Rabobank.
Así las petroleras van en picada en la Bolsa de Nueva York: el S&P pierde en torno a un 1,6% y el Nasdaq cae un 0,8%.
“Estamos lidiando con escalas de actividad en declive que nadie ha visto antes. El potencial golpe al PIB en el segundo trimestre probablemente superará con creces lo que vimos en el peor momento de la crisis financiera”, aseguró Robert Lind, economista de Capital Group.
“Habrá daños a largo plazo para la economía, sobre todo para la psicología del consumidor”, agregó en declaraciones a Reuters.
Estados Unidos ha sido el país más golpeado por la pandemia, al registrar más de 776.000 casos confirmados de coronavirus y más de 41.300 muertes por la COVID-19, de las cuales, casi 14.500 se han producido en la ciudad de Nueva York, actual epicentro del virus.
Grupos conservadores han estado presionando a Washington para que el país reanude sus actividades y levante restricciones a pesar de las recomendaciones sanitarias. El presidente estadounidense, Donald Trump, anunció hace unos días un plan para reabrir la economía a partir del próximo mes de mayo, que constaba de tres fases a considerar.
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