El periódico oficialista Juventud Rebelde alentó a los cubanos a que en sus aplausos diarios a las 9:00 de la noche, con los que agradecen al personal médico que está combatiendo el coronavirus, incluyan también a la Policía.
El artículo asegura que "para ellos no existe descanso ni aislamiento" y que cumplen una labor "vital", "velando por la salud, la seguridad y el bienestar de los ciudadanos".
Además, añade que "la mayoría del pueblo agradece la presencia de estos hombres y mujeres que con valor y responsabilidad cumplen con su deber, y en estos días se ven mucho más patrullando de noche por los barrios, organizando colas, ayudando a quienes lo necesitan, cerciorándose de que todos están bien".
El artículo también indica que "ahora el verdadero combate consiste en garantizar el cumplimiento de las normas sanitarias en mercados y tiendas de divisa, centros a los que diariamente acude un gran número de personas en busca de provisiones".
Sin embargo, el medio oficialista obvia que, durante la crisis sanitaria que ha provocado el coronavirus, la Policía cubana no ha hecho más que acrecentar la represión y aplicar la fuerza para que los cubanos cumplan con medidas que atentan contra su supervivencia, debido al deterioro económico y social del país.
Con la justificación de intentar evitar la propagación del virus, los agentes de la Policía han tenido luz verde para incrementar la persecución, el extremismo, las multas y las agresiones contra el pueblo.
Por estos días, y gracias a las redes sociales, no han faltado lamentables escenas de algún policía abusando de su autoridad para intimidar, golpear y amenazar.
Mientras en el resto del mundo la Policía protege, protagoniza conmovedoras escenas, rinde homenaje a las víctimas mortales e incluso baila para animar a los ciudadanos durante la cuarentena, la de Cuba reprime y persigue.
Asimismo, se ha intensificado la represión de la policía política, a la cual no le ha importado la recomendación de distanciamiento social y continúa citando e intimidando a artistas y periodistas independientes.
Hace tan solo unos días, la periodista Mónica Baró fue sometida a un interrogatorio y multada con 3 000 pesos cubanos por, en palabras del Mayor que la citó, "difundir, a través de las redes públicas de transmisión de datos, información contraria al interés social, la moral, las buenas costumbres y la integridad de las personas".
Por si fuera poco, en momentos tan complicados como estos, dos oficiales de la Policía fueron acusados de violar a una adolescente y agredir sexualmente a otra en el municipio Mariano, en La Habana.
Según la denuncia de una madre, el hecho ocurrió la noche del pasado jueves, cuando los dos policías arrestaron a las menores de edad con el pretexto de estar incumpliendo la cuarentena establecida por la pandemia de coronavirus.
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